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España salva su cuota de merluza sur y pone fin a cuatro años de recortes

SOMOS MAR

Ana Garcia

La UE cierra la pesquería de la cigala a los arrastreros coruñeses por tercer año consecutivo

19 dic 2018 . Actualizado a las 17:02 h.

Creatividad, determinación y sobre todo, mucha paciencia. Son los tres ingredientes básicos con los que cualquier equipo negociador debe acudir a Bruselas para desempeñase bien y tener éxito en uno de los consejos más duros del año: El de las cuotas pesqueras.

Tras casi 17 horas de lucha titánica para arañar hasta la última tonelada de merluza sur, el gobierno español logró cerrar esta madrugada un acuerdo que pone fin a cuatro años de recortes consecutivos del 15%, 23%, 1.5% y 12% para ese stock, el de mayor valor comercial. La flota española dispondrá el próximo año de 5.924 toneladas a repartir entre su armada pesquera, compuesta de unos 250 barcos y 3.500 pescadores. El volumen es el mismo que el del 2018, pero con la prorrogación del TAC se logra revertir el recorte del 16% que proponía Bruselas con el objetivo de explotar el stock en niveles sostenibles en el 2019. ¿Cómo lo ha conseguido España? Convenciendo al comisario de Pesca, Karmenu Vella, de que lo mejor es aplicar en los cálculos de Rendimiento máximo Sostenible (RMS) unos rangos de mortalidad más altos. «Hemos obtenido un muy buen resultado (…) Por primera vez (desde el 2014) detenemos su reducción», celebró en rueda de prensa el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas. El valenciano aseguró que el año que viene, todas las poblaciones pesqueras de interés comercial para la flota española se explotarán en niveles adecuados y que la merluza sur podría experimentar incluso una subida: «Es un motivo de orgullo para el país y para nuestro sector pesquero», indicó.

¿Puede la flota del caladero nacional respirar tranquila? En líneas generales, sí, gracias al esfuerzo del sector en años previos. A la relativa calma en torno a la merluza sur se añaden las fuertes subidas del jurel del Cantábrico (17.9%) y de aguas de Galicia y Portugal (69.2%). Dos aumentos que hacen la boca agua a los cerqueiros. Lo mismo para el rape (5.3%), gallo (35%) y las rayas (10%) ibéricos. «A ver se podemos chegar ás Navidades de 2019 e poden saír a faenar tranquilamente á centola», deslizó al término de la reunión la conselleira do Mar, Rosa Quintana, en referencia a los problemas que atraviesa la flota gallega con ese último stock. Para el lenguado del Cantábrico se mantendrán las 403 toneladas. ¿En qué se traduce este abanico de posibilidades de pesca? España espera ingresar unos 504 millones de euros en primera venta vinculados a las cuotas del año que viene. Son 26 millones de euros más (5.2%) respecto al 2018. «Podemos ter un ano 2019 sen demasiados sobresaltos», apuntó Quintana.

Gran Sol

A pesar de sus augurios, el año que entra no está exento de riesgos. El más inmediato es el de la entrada en vigor de la obligación de desembarco. Se acabó lo de tirar al mar las capturas para las que no hay cuota. Todos los barcos, de altura, bajura, en pesquerías demersales y pelágicas deberán bajar la mercancía a puerto. ¿Qué pasa si caen en las redes especies prohibidas para la flota española? Que se verá obligada a amarrar. En esa tesitura se encuentra la armada gallega del Gran Sol. El bacalao, el merlán y la solla son para sus embarcaciones «especies de estrangulamiento». Por razones históricas, nunca se le habían dado cuotas a España. Hasta hoy. La UE ha dado su visto bueno a la creación de una bolsa de cuotas para especies accesorias en ese caladero. Todos los países que poseen derechos de pesca en esas aguas deberán poner a disposición de España y Holanda un 6% de la cuota total disponible para estos stocks con el fin de intercambiar por otras especies. El porcentaje se podrá renegociar año a año en función de las necesidades.

A esta pata del plan de flexibilidad de Bruselas se suma la posibilidad de hacer intercambios entre zonas y entre poblaciones. La flota española podrá computar hasta el 25% de la cuota de xarda ibérica por xarda del norte en un momento muy delicado, tras certificarse el recorte del 20% de sus posibilidades de pesca. Lo mismo para el 35% del gallos del Gran Sol que podría ser restado al stock al norte del Cantábrico. Las flexibilidades no acaban ahí. España negociará de forma bilateral y año a año el intercambio de cuotas con otros países. De esta forma se podría disponer de una bolsa de seguridad para especies como el carbonero, el ochavo o el pejerrey. ¿Será suficiente para evitar la paralización de buques? Planas confía en ello: «Puedo asegurar que, en base al acuerdo, podremos cubrir el conjunto de necesidades de nuestra flota». 

Vedas

Como en todas las negociaciones hay quien gana y quien pierde. La cigala, «é a mágoa que levamos», reconoció esta madrugada Quintana. Nada se pudo hacer para evitar el tercer cierre consecutivo de las dos unidades funcionales del Cantábrico, la 25 (cercana a A Coruña) y la 31 (cercana a Asturias). Este año, los arrastreros coruñeses deberán dedicarse a otras pesquerías diferentes a la cigala del Cantábrico, para la que solo existe una cuota simbólica de dos toneladas para campañas científicas. «Intentouse razoar coa Comisión e se pediu a reapertura pero Bruselas se mantivo no informe do ICES (…) A frota podrá compaxinar a falta de cigala con capturas de merluza ou outras especies», deslizó Quintana para tratar de amortiguar el malestar de los afectados. El secretario de FREMSS y secretario general de Pescagalicia, Torcuato Teixeira, arremetió contra la «pésima» gestión del gobierno español y reprochó al ministro Planas haber dejado en la estacada al arrastre coruñés: «La negligencia de unos y la dejación de otros determinan la gestión pesquera en la UE y provocan, por la acción de unos y la omisión de otros, que de nuevo la flota de arrastre del Cantábrico tenga que tirar por la borda nuestra valiosa y apreciada cigala. Es un despropósito», lamentó tras criticar los errores de cálculo del ICES. El sector cifra entre 15 y 18 los buques afectados por una veda que podría desencadenar pérdidas millonarias. 

Clave de reparto

Con la tarta ya cortada, ahora solo queda hacer uso de la parte del pastel que le corresponde a España. Y si la tarea en Bruselas es compleja, en Madrid no lo será menos. La flota artesanal gallega denuncia que el sistema actual de reparto beneficia más a unas flotas más que a otras, como la vasca y los buques de altura. La necesidad de añadir más equilibrio en las adjudicaciones podría empujar al gobierno a cambiar la clave de reparto. Al menos eso es lo que cree Quintana que se debería hacer: «Temos que volver a sentarnos para ver como podemos mellorar a xestión interna dentro de España (…) Non podemos vir aquí e decir que necesitamos máis cuota con toneladas que aínda non se teñen pescado. Buscaremos un mellor modelo de xestión que facilite a utilización das cuotas», anunció.

Balance positivo de la patronal

La patronal pesquera española, Cepesca, hace balance positivo de los resultados del Consejo de TAC y cuotas. Y ya no solo porque se han conseguido aumentos importantes en las posibilidades de pesca de algunas especies y suavizar los recortes en otras, verbigracia la tan segada merluza de aguas ibéricas, informa Espe Abuín.

Pero si fijar lo que se va a poder pescar el año que viene era importante, en esta ocasión el asunto que más preocupaba a la flota era saber cómo se podía quitar del cuello la soga de las choke species o especies de estrangulamiento que amenazaban con dejar a amarrados a puerto a barcos antes de tiempo por falta de posibilidades de pesca para las que España no tiene cuotas. Y, al menos la flota de Gran Sol, respira aliviada con esa bolsa de cuotas en la que todos tendrán que aportar parte de su sobrante.

Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de la patronal europea, Europêche, sacó pecho por el sector porque ha conseguido que el año q viene se exploten todas sus poblaciones a niveles de rendimiento máximo sostenible, objetivo para el 2020 que España ha conseguido un año antes.