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El arrastre quema los últimos cartuchos para reabrir la pesca de cigala en Galicia

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

BASILIO BELLO

Recurre al director general de Pesca de la UE para solicitar la revisión de la veda

14 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ya casi dos años que esa cigala a la que dicen ‘del día’, la que capturaba la flota de arrastre de litoral y la desembarcaba en puerto menos de 24 horas más tarde, está prácticamente desaparecida del mercado. Y si alguna se ha vendido -al margen de los 2.000 kilos autorizados para estudiar el stock-, se ha comercializado de forma ilegal, puesto que en diciembre del 2016, la UE aprobó un TAC (total admisible de capturas) cero para esta especie en el caladero del Cantábrico. Lo hizo tras varios años desoyendo el consejo de los científicos del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) que clamaban por una prohibición de pesca dada la situación crítica en la que se encontraba el crustáceo.

Una apreciación con la que discrepan los arrastreros de litoral, que no dudaron en sacar toda la artillería para demostrar que sí hay cigala y que, además, cada vez hay más, al menos en caladeros como el Pozo de Sisargas, Pozo de Baldaio, Praia Nova o Pozo de Prior, todos ellos en la denominada unidad funcional 25 (UF 25), que cae en Galicia. Se armaron con dos campañas científicas y en la primera ya obtuvieron datos que permitieron dar con el error que provocaba la visión tan dispar entre la ciencia y la experiencia sobre la salud de la cigala. Sostiene el sector que el ICES hace su cálculo sobre todos los buques de arrastre del Cantábrico Noroeste, independientemente de si se dirigen o no al crustáceo, de ahí que en la campaña científica realizada por el IEO arrojasen unos rendimientos por hora (6,46) similares a los que el ICES maneja, pero por día.

Diez años sin campañas

Y con toda esa información en la mano, asistidos además por el hecho de que el consejo del ICES se dictó «sin haber realizado ninguna campaña científica en los últimos diez años» sino que se basa en «tendencia de índices de abundancia de buques pesqueros comerciales», están tratando de revertir el que sería el tercer año de veda para la cigala en Galicia.

El arrastre quema sus últimos cartuchos, pues la decisión de mantener el TAC cero o corregirlo se tomará la próxima semana en Bruselas, en el Consejo de Ministros de Pesca de los días 17 y 18 -quizá también el 19-, donde se fijarán los cupos para el 2019 de las especies que se capturan en el océano Atlántico.

Y por eso abordaron en la capital belga al director general de Asuntos Marítimos y Pesca (DG-Mare), João Aguiar, con sus argumentos: que la información biológica es incierta, que el estado de la especie se ha calculado en base a las descargas y que ni siquiera se ha atendido a peculiaridades como si los buques pescan en pareja -que no tienen captura de cigala- o de forma individual, como bakas. Como tampoco han tenido en cuenta los científicos el cambio de modelo en la gestión pesquera, pues, como sostienen desde Pescagalicia, justo cuando la especie se repartió en cuotas individuales por barco los desembarcos comenzaron a bajar drásticamente. Pero «porque se distribuíu linealmente, entre barcos que a capturaban e entre os que non e estes seguiron sen pescala e, por tanto, sen consumir cota», aclara Torcuato Teixeira, secretario xeral de esa organización.

Por eso, la afirmación de que las descargas han caído drásticamente de forma que ya representan menos del 1 % no es del todo cierto. Sí lo es si se computa toda la flota. Pero se deja aparte aquellas embarcaciones que nunca fueron a por cigala, la especie escala hasta convertirse en la tercera en importancia por volumen de capturas, aclaran desde Pescagalicia.