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La UE rebaja al 10 % el recorte del cupo bianual para el besugo del Cantábrico

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

OLIVIER HOSLET | Efe

España deberá poner en marcha nuevos planes de gestión con vedas para juveniles

20 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los ministros de Pesca de la UE acudieron este lunes a Bruselas a su penúltima cita del año, preludio de la gran negociación de cuotas que tendrá lugar el mes que viene. Para calentar motores, los Veintiocho abordaron uno de los asuntos que más preocupan a los pescadores y que prometen eclipsar la cita de diciembre: la posible paralización de su actividad a partir del 1 de enero del 2019. Para entonces, todas las pesquerías deberán cumplir con la obligación de desembarco de todas las capturas, entre las que se pueden colar las bautizadas como «especies de estrangulamiento», para las que la flota apenas tiene cuota. Para evitar que la pesca accidental de besugo, sable negro, alfonsinos o granaderos de roca obligue a los pescadores a amarrar sus buques, los 28 acordaron ayer abrir la mano con los TAC (totales admisibles de captura) para estas especies de aguas profundas.

Planas acudió a la capital belga con una ristra de demandas y malas expectativas. Bruselas proponía un recorte del 20 % para las especies más problemáticas para la flota gallega. Aún así, el ministro empujó para sacar adelante exenciones para ciertos stock y la posibilidad de permitir transferencias. Todo para que la prohibición de los descartes «no afecte a la competitividad o rentabilidad de nuestra flota», aseguró el valenciano, que se tuvo que conformar con una rebaja moderada del recorte que iba a sufrir el besugo del Cantábrico. En vez del 20 % bianual que Bruselas había pedido, el tijeretazo se quedará en un 10 % para el 2019 y el 2020 sobre la cuota del año anterior. El mismo recorte que sufrirán los alfonsinos. A cambio, España deberá poner en marcha un plan de gestión nuevo con posibles vedas para proteger juveniles. La conselleira de Mar, Rosa Quintana, se mostró moderadamente optimista: «O resultado é máis satisfactorio do que partíamos. O ollomol e a palometa vermella son especies importantes, por ser de estrangulamento para a nosa flota. Non é agradable o recorte, pero se España fai un bo plan de xestión podemos darlle solución», sostuvo.

La responsable gallega de Pesca se mostró esperanzada de cara al Consejo de diciembre. Cree que el comisario Karmenu Vella es consciente del impacto socioeconómico que pueden sufrir las comunidades como Galicia y apuntó que la negociación de este lunes marca un precedente que podría servir para mitigar recortes de especies comerciales de gran interés, como la merluza sur: «Traballamos para evitar ese descenso, pero é a especie que temos máis complicada para salvar», admitió Quintana.

Antesala de diciembre

Bruselas reconoce que los trabajos para adaptar a la flota al nuevo escenario siguen en marcha, pero fuentes de las institución creen que no hay mucho más margen para flexibilidades. La Comisión cree que España cuenta con suficientes posibilidades de pesca y recomienda al Gobierno que revise la clave de reparto para evitar la infrautilización de cupos por parte de buques que acumulan grandes cantidades. Planas lo descarta: «No estamos ahí. Estamos aquí para discutir lo que a España le corresponde», zanjó. Y entre esas necesidades que tiene el sector está la de mitigar el recorte que pretende asestar Bruselas a la cuota de merluza sur (-30 %). El ministro es optimista: «La evolución de la biomasa es positiva. Ha habido una recuperación de casi el 32 %. Aún hay margen para recuperarla», deslizó.

España presiona para garantizar el acceso de la flota a aguas británicas a partir del 2021

La flota gallega podrá seguir pescando en Gran Sol y Malvinas al menos hasta el 31 de diciembre del 2020. Armadores y pescadores recibieron la semana pasada con júbilo el acuerdo entre Bruselas y Londres para sellar un brexit que mantendrá el statu quo en las aguas de la UE y del Reino Unido hasta el fin de la prórroga (2019). Pero, ¿qué pasará a partir del 2021? ¿Podrán seguir pescando? De ser así, ¿habrá un número limitado de licencias? Son preguntas a las que tendrán que responder los negociadores cuando británicos y europeos se sienten a negociar los futuros pactos pesqueros.

A las puertas de sellar el texto legal del brexit, España y otras delegaciones como la francesa, presionaron ayer al equipo negociador de Michel Barnier para que lo enmiende antes de la reunión de líderes europeos del domingo. Quieren incluir en el paquete de salida garantías de acceso mutuo a las aguas más allá del 2020. «Hay Estados miembro que han solicitado especificaciones claras en áreas sensibles como la pesca o asuntos territoriales», aseguró el ministro checo de Asuntos Europeos, Ales Chmelar. Un punto que confirmó el propio ministro español de Pesca, Luis Planas, que no quiso entrar a valorar el resultado de las negociaciones: «No quiero opinar sobre algo que no está concluido. Por España hay firmeza en defensa de nuestras posiciones. No mencionaré cuestiones técnicas que aún no están cerradas. Estamos defendiendo los intereses del sector», dijo antes de reunirse con sus socios europeos.