Patrocinado porPatrocinado por

La pesca mira de reojo la guerra comercial de China y EE.UU. en la antesala del «brexit»

e. abuín VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

Los expertos señalan que aranceles por encima del 10 % siempre provocan alteraciones en los flujos de importaciones

02 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El tráfico mundial de pescado está pendiente de la guerra comercial que han abierto Estados Unidos y China, que está provocando movimientos en los flujos de exportación e importación, y que amenaza incluso con dejar fuera de juego a árbitros como la OMC (Organización Mundial de Comercio). Esas tensiones ocuparon buena parte del congreso que, organizado por Conxemar y la FAO en Vigo, sirvió ayer de antesala a la feria que este martes arranca en un recinto ampliado para la ocasión y que aumenta su capacidad en un 20 %.

Lo dijo primero la secretaria general de Pesca española, Alicia Villauriz, al advertir de que en el comercio de los productos pesqueros «hay más incertidumbres de las deseables». Y profundizó todavía más después Torben Foss, director de PwC Seafood, que trató de predecir el futuro de un comercio pesquero en una situación geopolítica inestable. Unos movimientos que generan un negocio de 143.000 millones de dólares. Foss, que en su día trabajó para el Gobierno noruego, se remontó a otras guerras comerciales, como las sucesivas de su país con Islandia, el boicot ruso con el arenque y otras prohibiciones para recordar que la política arancelaria es capaz de dar al traste con un sector como en su día, dijo, ocurrió con la incipiente industria conservera noruega, que se derrumbó en cuanto EE.?UU. impuso un arancel del 25 % al salmón. Y es que un 2 o un 5 % no van a alterar los flujos, pero «a partir de un 10 % sí se vería alterado un comercio».

El consultor noruego ve en la UE un «elemento estabilizador», pues aunque la OMC pueda tener defectos, el sistema comercial europeo ha dado paz y prosperidad a este mercado. Y en su opinión, la guerra «no va a conseguir dañar la estructura básica del comercio pesquero». Ahora bien, también puso el acento en si es justo que los que compran un producto básico tengan que pagar un 11 % si está eviscerado y un 18 % si es fileteado. Es lo que busca el Reino Unido, mercado principal del bacalao noruego.

Galicia, importante actor

Y si Noruega está preocupada, para no estarlo Galicia. No solo como potencia pesquera en el ámbito extractivo, sino también como operador en ese comercio, en tanto que unas 40 empresas gallegas trabajan regularmente con Estados Unidos. La conselleira de Pesca, Rosa Quintana, incidió en lo mucho que supone el mar para Galicia y en cómo sabe esta sacarle provecho hasta el punto de que el valor añadido que proporciona a sus productos es «25 veces superior ao que se xera na UE».

Quintana dibujó a Galicia, y más concretamente a Vigo, como puerta de entrada y salida de productos pesqueros, «un auténtico mercado da pesca, do marisqueo e da acuicultura» que está «en constante evolución para adaptarse ás necesidades e demandas dos consumidores».

Y en ese movimiento batió récords el año pasado. Nunca importó tanto producto pesquero, pero tampoco hay antecedentes en el volumen que envió al exterior: «507 millóns de euros, e de descargas, con máis de 212.000 toneladas, o que supuxo o mellor exercicio de toda a serie histórica», dijo.

La FAO destierra la visión apocalíptica de que se agotó la pesca

La importancia de comunicar el estado de las poblaciones pesqueras fue otra de las cuestiones recurrentes en el congreso de la FAO y Conxemar. Manuel Barange, director de la división de política y recursos pesqueros y acuícolas de la FAO, que habló sobre el estado de las pesquerías y su conexión con la consecución del objetivo 14 de desarrollo sostenible -el de conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos-, desmontó un artículo australiano en el que se afirma que el 90 % de los stocks pesqueros han colapsado; es un informe que tuvo repercusión en algunos foros. Esa visión apocalíptica proviene de sumar el 33 % de poblaciones que sí están sobreexplotadas y el 60 % que lo están a su nivel máximo, pero de forma sostenible.

Al revés, el director de la FAO subrayó que en los países en desarrollo ha mejorado la sostenibilidad y que la asignatura pendiente son los que están en vías de crecimiento, que necesitan herramientas para mejorar la gestión.

Barange apuntó que la producción pesquera extractiva hace años que está estancada en los 90 millones de toneladas y que la acuicultura proporciona otros 80 millones. Y que la proteína para atender a una población creciente y a una demanda en ascenso proviene de la acuicultura, un sistema que ha crecido a un ritmo superior a cualquier otra fuente de producción alimentaria, pero que ahora verá ralentizado su ritmo.