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La sardina se abrirá con 40,7 toneladas para el xeito y 926 para el cerco del norte

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

CARMELA QUEIJEIRO

Los cerqueros tendrán un mes más de veda, pues la campaña acabará en septiembre

26 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En agosto, la sardina del Cantábrico podrá medirse con la que ahora llega del Mediterráneo y del norte de África para abastecer al mercado gallego. Ahora bien, solo durante agosto y septiembre, y excepcionalmente en octubre si es que para entonces a las embarcaciones xeiteiras todavía les queda algo de las 40,7 toneladas que recibirán a partir del miércoles que viene. Son las únicas que podrán seguir faenando después del 30 de septiembre, según la propuesta de resolución que prepara la Secretaría General de Pesca. Difícil, porque, según explicaron desde la Federación Galega de Confrarías, a esa cantidad habría que restar las toneladas que se pescaron por encima de las 63 que tenían para el período comprendido entre mayo y julio. Y, según los cálculos del propio sector, el consumo en esos tres meses habría superado las 80 toneladas. Es decir, que la mitad o más del cupo correspondiente al segundo tramo ya se habría consumido en el primero.

Cerco, racú y piobardeira, las otras artes que se dirigen a la sardina, dispondrán de 1.542,17 toneladas para pescar entre el 1 de agosto y el 30 de septiembre. De ese volumen, 926 toneladas son para las embarcaciones del Cantábrico y Noroeste y 617,27 para los cerqueros del golfo de Cádiz. Estos últimos tienen la cuota repartida por barco, pero en los caladeros del norte se ha optado por un reparto lineal al imponer un tope de 3.000 kilos por semana para cada buque.

El abrupto recorte de las posibilidades de pesca de la sardina ibérica para este año obedece, como explicaron desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, a que España y Portugal han tenido que presentar medidas adicionales al plan de gestión que en enero diseñaron en común para evitar el cierre de la pesquería que había recomendado el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar).

La propuesta original fijaba en 14.600 toneladas el cupo para este año, 7.300 para los primeros tres meses de campaña (de mayo a julio) y otros 7.300 de agosto a octubre, siempre que en el ecuador de la campaña se apreciase un aumento del 10 % de la biomasa.

Pero los científicos del ICES no han detectado tal mejoría. Al contrario, han vuelto a recalcar su consejo: que hay que dejar de pescar sardina para que el stock pueda reconstituirse. Si es que puede recuperarse, porque, según el ICES, la situación sigue siendo preocupante, con la biomasa en niveles muy bajos y fuera de límites biológicos seguros.

Madrid y Lisboa han hecho valer el impacto socioeconómico que tendría un cierre en plena campaña de verano para esquivar la prohibición desde ya, y han propuesto recortar un tercio, hasta las 4.728 toneladas, las 7.300 que preveía el plan en origen, y añadir un mes más de veda a cerco, racú y piobardeira. Asimismo, ambos países se han comprometido a reforzar las campañas de investigación sobre la pesquería para consolidar los datos disponibles. Quizá esas evaluaciones contribuyan «a mejorar la evaluación del estado del stock para el 2019».