Patrocinado porPatrocinado por

La armadora del Dorneda ya tramita el viaje de vuelta de los náufragos gallegos

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

Aitor Pereira | Efe

El papeleo para la repatriación de los 5 marineros se gestionó mientras llegaban a puerto

17 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los cinco gallegos rescatados que integraban la tripulación del Dorneda, el pesquero hundido el pasado miércoles a 570 kilómetros de la costa de Argentina, frente a Puerto Madryn, está previsto que regresen con sus familias lo antes posible tras haber llegado el domingo a Mar de Plata y Montevideo en dos barcos. Sin lesiones de gravedad, pero aún impactados por el naufragio y la pérdida de dos compañeros, uno ya muerto y el otro desaparecido, los cinco gallegos evolucionan favorablemente. Los avances burocráticos, impulsados sobre el terreno por el consulado de Montevideo y la embajada española en Uruguay, han facilitado en gran medida los trámites.

«Estamos gestionando ya los billetes de avión, así que es cuestión de tiempo», explicaban este lunes en la delegación en Vigo de Freiremar, la armadora propietaria del Dorneda, que confirmaba el buen estado de sus trabajadores: «Entendemos que están bien en el momento que pueden contarlo al estar vivos. El impacto por lo ocurrido es fuerte, y la pérdida del compañero fallecido no resulta fácil de llevar, pero al menos sobrevivieron». El pesquero Farruco, también propiedad de Freiremar, atracó en Montevideo con 16 tripulantes del Dorneda y el cadáver rescatado, mientras que el Beagle I, de bandera argentina, amarró en Mar del Plata con 9 marineros del pesquero. «Gracias a Dios estamos aquí, quizás por la experiencia que llevamos en el mar y también por algunos compañeros que tuvimos la calma y la paciencia», declaró al bajar del Farruco el superviviente peruano Luis Eduardo Namuche, que relató que tras el hundimiento del Dorneda tuvieron que esperar casi cinco horas y media en una balsa insegura, debido a las grandes olas, para ser rescatados.

Posibles «negligencias»

Namuche lamentó la muerte del compañero y la desaparición de otro, y señaló que «quizás» hubo «negligencias», pero que ellos hicieron lo posible por salvar a sus colegas: «Pido disculpas a la familia de Henry, un compañero que navegó muchos años con nosotros; nos quería como una madre porque él nos cocinaba, nos daba nuestros alimentos [...] por eso lo siento, porque no pudimos hacer más, lo único que pudimos rescatar fue su cuerpo, pero no más».

El barco hundido se escoró tanto que las bombas para achicar agua no funcionaron Sobre cómo fue el naufragio, el superviviente explicó que «comenzó a entrar agua por el trancanil» y, que al darse cuenta, avisaron al patrón para que este hiciera «la maniobra que siempre se hace, que es enderezar el barco, para que un agua normal se pueda esparcir y puedan funcionar las bombas. Poco a poco el barco se iba escorando más, más, más», recordó Namuche, que precisó que cuando vieron que la situación era irreversible, se subieron a las balsas.

Otro superviviente peruano, Juan Pablo Mazas, comentó a su llegada que él dormía cuando sucedió el incidente, pero que al oír los gritos de sus compañeros salió del camarote: «Vimos el barco escorado, comenzó a entrar agua y no había ningún traje de salvavidas. No había nada. Y entonces nos comenzamos a lanzar a las balsas», apostilló Mazas, que destacó que «el primero que saltó a la balsa fue el capitán».