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La anchoa sorprende a la flota y aparece en cantidad y calidad al norte de Galicia

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Este mes se descargaron más de 500 toneladas, frente a los 1.700 kilos del año pasado

22 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que es la fuerza de la costumbre. En la primeras semanas de abril, casi por inercia, medio centenar de embarcaciones del cerco gallego pusieron rumbo al País Vasco para participar en la costera de la anchoa, como habitualmente hacen cada año. Y resulta que, en esta ocasión, no era necesario. La anchoa quiso despistar a los cerqueros y a estas alturas del año ya se ha dejado ver por Galicia. En cantidad y calidad, según Andrés García, portavoz de Acerga (Asociación de Armadores de Cerco de Galicia).

¿Raro, no? «Pois si. Non é nada frecuente», apunta García que, acto seguido y tras buscar en su memoria histórica, abunda en lo extraño del fenómeno: «Es más, de feito non me lembro de outra ocasión en que isto pasara».

Porque si es cierto que de un tiempo a esta parte en la zona sur de Galicia -esa que computa contra la cuota de la zona IXa, de Fisterra al golfo de Cádiz- «hai anchoa todo o ano», no ocurre lo mismo en el norte de las aguas gallegas. La prueba es que siempre se deja para el segundo semestre un porcentaje, un 10 %, de anchoa de la zona VIIIc -de Fisterra hasta el golfo de Vizcaya- para que se pueda pescar cuando el boquerón aparece en Galicia.

Si sorprende la presencia, lo que más llama la atención es la cantidad. Un vistazo a las estadísticas de descargas permite comprobar la magnitud del fenómeno. Porque si en los primeros 20 días de abril del año pasado en Galicia se subastaron en las lonjas gallegas poco más de tonelada y media -1.795 kilos, para ser más precisos-, en lo que va de mes, las rulas han puesto a la venta más de 500 toneladas -508.852,32 kilos-. Una diferencia sorprendente. Y si en el 2017 el precio medio era de 1 euro, actualmente está en 1,63.

La aparición del bocarte, que empezó por el área de Laxe y ahora se encuentra en todo el golfo Ártabro, ha trastocado el calendario de no pocos armadores, que han decidido posponer el viaje al País Vasco en tanto siga habiendo anchoa en Galicia.

«Ao empezar abril viñemos para o País Vasco». ¿Por qué, si ya había anchoa en Galicia? «Por costumbre», explica Eduardo Carreño, armador del cerco de Portosín. Como en Galicia, la pesca se está dando bien. Y se está pagando mejor, según Andrés García.

El jueves, la lonja de Fuenterrabía estaba repleta de cajas de bocarte. «O que máis e o que menos colle o cupo diario», que es de 10.000 kilos.

Ejemplares pequeños

Carreño, el día que más pescó, descargó 9.000 kilos. Viene en ejemplares «tirando a pequenos», del tamaño de los que hacen falta 45 ejemplares (granos) para reunir un kilo. De hecho, es más grande la que se ha localizado en Galicia, que es de la de 40 granos en kilo e «incluso menos, ata de 35», aclara García. Por eso que el portavoz de Acerga dice que se paga mejor en las lonjas vascas, porque reciben más de un euro por kilo cuando es de tamaño bastante menor que el boquerón gallego.

Ahora bien, el viaje que tiene que hacer la flota hasta dar con la anchoa en el País Vasco no es ningún paseo. «Para coller esta [la que vendieron el jueves] tivemos oito horas de ruta», dice Carreño. Ocho horas para ir y ocho para volver. «Si, estamos gastando moito gasoil, pero...»

Los profesionales echan la culpa a la xarda de que la anchoa no se acerque más a tierra. «Temos que ir buscar o bocarte tan lonxe porque a costa chea de verdel». De hecho, Carreño asegura que si dispusiesen de más cuota de caballa aprovecharían esa abundancia y la capturarían, pero prefieren economizar y guardar para el segundo semestre el cupo que pueda quedarles.