Patrocinado porPatrocinado por

Bruselas se resiste a abrir más la mano para afrontar el veto a los descartes

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARCOS MÍGUEZ

La flota gallega plantea una gestión por esfuerzo si no se da más cupo para la xarda

19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Por más que Tejerina diera el lunes un golpe en la mesa -flanqueada por otros ocho Estados miembros- para espolear a la Comisión Europea y que tome conciencia de que tiene que dar más flexibilidad para impedir que la obligación de desembarque -que entrará en vigor en enero que viene- acabe con la mayor parte de la flota amarrada por falta de cuota de una especie por más que tenga toneladas y toneladas de la principal, Bruselas sigue impertérrita. No ofrece soluciones, se las reclama al sector y, cuando este las proporciona, no se muestra muy dispuesta a aflojar el corsé más allá de los broches que ya soltó en materia de mínimis, de descuento de cuota entre especies y de las exenciones por alta supervivencia. Esa es la impresión de los representantes del sector que participaron en el Consejo Consultivo de Aguas Suroccidentales (CCR-Sur) en el que se masca ya la inquietud por lo que vendrá en cuestión de meses. Ocho, para ser precisos.

Bruselas envió al encuentro a sus técnicos, que lamentaron «que o sector non resolve o problema», explica Torcuato Teixeira, secretario general de Pescagalicia, cuando «o problema xerárono eles» y, por encima, son renuentes a aceptar más flexibilidades y salidas «ambiciosas» que supondrían un alivio claro para la flota. «É coma se abrisen o enfermo en canal para operalo dunha apendicite e para a recuperación lle desen un apósito», critica Teixeira. Y es que, como no se adopten decisiones valientes, como «deixar fóra dos TAC (totales admisibles de capturas) as pesqueiras explosivas como a xarda», hay barcos que «en menos de dez días estarán amarrados a porto». Diez días porque eso es lo que duró la costera para algunas flotas de artes menores. Eso, o pasar a un «sistema de xestión por esforzo», en el que cada barco tenga asignado un número determinado de días, en lugar de un cupo. En esa especie de «terapia de grupo» que fue la reunión del CCR-Sur no se llegó a ningún acuerdo más que el de presentar antes del 31 de mayo las propuestas de los Estados para incorporar al acto delegado que completará las normas sobre la obligación de desembarque. Y a partir de esa fecha aún habrá margen para incorporar, a través del reglamento de TAC y cuotas, nuevas medidas, explicó Sergio López, gerente de la OPP-7 Lugo, que animó a los agentes a presentar propuestas.

Flexibilidad

Lo hizo en un documento que sirvió de referencia al debate en el que se hace un diagnóstico de la situación, plantea una serie de soluciones y concluye que no queda otra que introducir flexibilidad en la obligación de desembarque.

Los lucenses cuestionan incluso la oportunidad de instaurar el veto a los descartes antes incluso de saber qué ocurrirá con el brexit, el resultado de los planes plurianuales de gestión -recién presentado y, por encima, sin regionalizar- o cómo quedarán los reglamentos de control y medidas técnicas, que también afectarán a las pesquerías.

Pero como tienen serias dudas de que la Comisión recapacite en ese sentido, habrá que buscar soluciones en conjunto con el sector, resolviendo todas las dudas sobre especies de choque o las que no pueden ir a consumo humano por cuestión de talla, estudiando unas exenciones mínimas para todas las especies y artes de pesca, analizando aquellas que deben salir del sistema de TAC, como el ochavo.