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Joaquín Riveiro: «Sería un gran negocio poder tener cefalópodo de acuicultura»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

DANI GESTOSO

El gerente de una pulpería en Boiro reconoce que es un momento complejo para este producto porque «genera conflictos con los clientes debido al elevado precio»

08 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En plena escalada de precios del pulpo, el empresario de Boiro Joaquín Riveiro se puso al frente de una pulpería, A de Quin, que abrió sus puertas en diciembre del pasado año. Afirma que lo hizo porque tiene otra empresa, Prebemar, que, entre otros productos, se dedica a la compra, distribución y congelación de cefalópodo.

Reconoce que este es un momento complejo para este producto tan gallego porque «genera conflictos con los clientes debido al elevado precio. El problema es que la situación parece que incluso empeorará».

Afirma Joaquín Riveiro que se trata de un problema de ámbito mundial: «Su consumo se ha generalizado y ahora es un producto de moda. La demanda sube y las capturas se reducen. Hoy en día, cualquier local ofrece dos o tres variedades de cefalópodo».

El empresario precisa que «sería un gran negocio poder tener cefalópodo de acuicultura», pero explica que los trabajos que se están llevando a cabo en este sentido no han fructificado.

Joaquín Riveiro sentencia: «Con el pulpo, los hosteleros no ganamos dinero. Lo tienes en la carta porque los clientes lo demandan. Desde diciembre, el precio se ha incrementado en tres euros».

Explica que, sin embargo, los negocios deben tener cefalópodo, porque constituye un reclamo para que los clientes consuman otros productos, pero matiza: «Si es tu producto principal, actualmente tienes un problema. Va camino de convertirse en uno de estos artículos que no todos los bolsillos pueden permitirse. Hace tres años estaba a seis euros y su precio se ha duplicado».

Sin embargo, manifiesta que tiene tirón y que los clientes continúan pidiéndolo. En cuanto al hecho de que los empresarios contengan el precio de las raciones y estas no se incrementen en la misma proporción que lo hace el cefalópodo, explica: «Somos reacios a subirlo por el efecto disuasorio que puede tener en la clientela». Incluso, comenta que está entrando pulpo de países como México, Brasil o Turquía «que ahora tiene espacio en la restauración, cuando antes solo se empleaba para artículos procesados».

Bajo su punto de vista, la escalada de precios continuará: «Yo he visto raciones en Barcelona al doble de valor que en Galicia, y se paga». Dice que en verano la situación incluso puede empeorar: «Hay que tener en cuenta que dentro de poco vendrá la veda de esta especie y que en la época estival la demanda es todavía mayor».