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La almeja japónica se paga a precios de Navidad tras la macrooperación Clamp

r. estévez / m. gago AROUSA, PONTEVEDRA / LA VOZ

SOMOS MAR

Ramón Leiro

El golpe al tráfico ilícito coincide con la escasez en Italia y los temporales en Galicia

17 mar 2018 . Actualizado a las 09:39 h.

En las lonjas de las Rías Baixas, los precios de la almeja se han disparado. Echemos un vistazo a lo ocurrido este viernes en la sala de subastas de A Illa, en el corazón de la ría de Arousa: la fina se cotizó el viernes a un máximo de 58,70 euros, la babosa a 23,90, y la japónica, la menos valorada tradicionalmente, se situó muy cerca de los 16 euros. El estirón en las cotizaciones de este marisco, en un mes que suele ser de precios flojos y poca alegría en las ventas, responde a una suma de factores; a una tormenta perfecta para quien tiene producto que poner en el mercado.

Por un lado, el tiempo. La cadena de temporales ha llevado a interrumpir temporalmente la campaña marisquera de Noia y ha reducido drásticamente el trabajo en otras zonas. La ley de la oferta y la demanda hace lo demás: el producto que llega a las lonjas se paga, y bien. Sobre todo, porque hay otros factores que han puesto patas arriba el mercado. Italia, un país con una gran tradición de consumo y producción de almeja, se enfrenta a una severa caída de sus reservas. Así que, de ser una potencia exportadora de este tipo de bivalvos, Italia ha pasado a ser una importadora compulsiva de ese marisco. «É un mercado que está a demandar moitísima cantidade», explica el patrón mayor de A Illa. Y los depuradores lo confirman. Desde este sector, el que mejor conoce los canales de distribución de la almeja, indican que otros países productores se encuentran en estos momentos sin reservas. «La almeja que hay es la de Galicia y Portugal, y por eso se están alcanzando los precios de estos días», sentencian.

Y a ese cúmulo de circunstancias se suma la macrooperación internacional desplegada esta semana contra la falsificación de guías de producto luso, que en el sector sostienen que ha podido tener algo que ver en el estirón dado por el bivalvo gallego. Aunque en algunas lonjas la subida es anterior a los registros efectuados en una veintena de depuradoras gallegas, hay otras, como las de la ría de Pontevedra, en las que la Clamp supuso un punto de inflexión. Así, si la semana pasada la japónica se pagaba en el entorno de los 9 euros de máxima, el miércoles pasado alcanzó los 16,15 y aunque ayer bajó, se vendió a 14,55 en Campelo.

«Algo ten que estar pasando para que se pague a japónica a 11 euros», decía el miércoles Susana Silva, vicepatrona mayor de Cabo de Cruz. Y eso era antes de que pudiesen retomar la actividad y subiese a los 14,87 a los que se paró ayer en la rula.

Una imagen desafortunada

El logotipo de la depuradora cambadesa José María Daporta e Hijos se asoció esta semana, por error, a una fotografía de los registros efectuados en Galicia. La compañía explica que en todo momento ha colaborado con las autoridades, que siempre se han sometido a los controles más rigurosos y que por sus instalaciones no pasa «ni un uno por mil» de la almeja portuguesa que se procesa en la ría. Su especialidad, añaden, son, de hecho, las ostras.