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Una familia de Muxía pierde su segundo volantero de manera fortuita en menos de un año

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

SOMOS MAR

Ana Garcia

El vertido de gasoil del René Segundo en el puerto muxián está controlado y hoy tratarán de reflotarlo

07 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni siquiera se había cumplido un año desde que el pasado abril el Centolo se fue al fondo por una vía de agua a 21,5 millas de Vilán y este lunes por la noche la misma familia de Muxía vio cómo se hundía, en el propio puerto de la localidad, otro de sus volanteros, el René Segundo que se encuentra ahora a una profundidad aproximada de seis metros. A partir de las nueve de la mañana, con la ayuda de una grúa de gran tonelaje y dispositivos inflables tratarán de reflotarlo, después de que ayer por la tarde, la Consellería do Mar informase de que «xa non se aprecia contaminación» derivada de los 1.500 litros de gasoil que el pesquero, de 14,5 metros de eslora y fabricado en madera hace 24 años, tenía en sus tanques. Un asunto que levantó cierta polémica en el muelle muxián, ya que los afectados avisaron al 112 al filo de las 23 horas del lunes y las barreras anticontaminación no se desplegaron hasta bien entrada ya la mañana de ayer.

«Fomos para a casa con normalidade sobre as sete e media da tarde, e polas dez e media da noite viñeron dous rapaces correndo avisar: ‘¡O barco vai ao fondo, o barco vai ao fondo!’ Estaba metido con moita auga e eu, cando cheguei, xa lle vin as antenas soamente. Se chegamos a ter 6.000 ou 7.000 litros de gasóleo a bordo non sei o que pasaría. Despois, a ver a quen lle poñían a culpa, porque dende as once menos algo da noite que avisamos son as oito menos dez da mañá e aquí non apareceu ninguén», se quejaba José María Pérez Roa, uno de los patrones del René Segundo, momentos antes de que, efectivamente, se desplegasen las reclamadas barreras y las mantas absorbentes para recoger el combustible, cuyo olor era apreciable en buena parte de la localidad.

El barco, en el que trabajan habitualmente 7 marineros, estuvo despachado en los últimos días para la captura de merluza y la semana que viene iba a zarpar para la campaña de la xarda.

«O dano é moito porque o motor, a electricidade e todo iso non valen para nada, pero non habendo vidas humanas o resto todo se arranxa», señala el experimentado patrón, que no tiene ni siquiera sospechas de por qué su barco acabó en el fondo de manera repentina. «Ao refrotalo saberase», concluía ayer por la tarde.