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«Nunca fun ao funeral de ninguén que morrera mariscando a pulmón»

Mónica p. vILAR / SENÉN ROUCO CORCUBIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Senén Rouco / Mónica P. Vilar

Cincuenta personas en Fisterra viven de la extracción de navaja en apnea que Fomento quiere prohibir

27 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Guillermo Traba lleva más de 30 años recolectando navaja y longueirón en aguas de la comarca de Fisterra. Habitualmente lo hace sin ayuda de bombonas de aire. Como tantos otros, utiliza el método tradicional de extracción en apnea o a pulmón. «Así comezou a facelo no ano 82 Senlle Lubión e catro anos despois xa eramos máis de 200», cuenta.

Su jornada empieza a las ocho de la mañana. En una lancha se dirige a la zona donde le toca trabajar. La apnea le permite mariscar desde playas con poquísima profundidad -prácticamente tocando con la barriga en la arena-, hasta áreas donde el fondo se encuentra a 12 metros.

El equipo es estándar: un traje de neopreno, escarpines, plomos, aletas, gafas y guantes de látex, sobre los que se pueden poner otros de neopreno en días muy fríos. Amarrada al puño, una saqueta en la que ir echando los longueirones. Atada a su cuerpo, una boya en la que prende un saco más grande en el que va volcando el marisco cuando ya ha cogido cuatro o cinco kilos.

Al trabajar a pulmón, Guillermo puede ir solo en su embarcación. Basta con que se coloque cerca de alguna otra y ambos ranas (como denominan a quienes se sumergen) formen un grupo de buceo. Con la lancha fondeada, comienzan a buscar el preciado tesoro. «Ás veces ves o ollo da navalla e tocas ao lado para que saia. Se non, vas palpando a area preto das covas e cando escapa, atrápala», explica.

Si trabajan a poca profundidad, suelen estar sumergidos entre 30 y 45 segundos. En las zonas más profundas, la apnea puede superar el minuto. Si el día es bueno, en pocas horas consiguen el tope de capturas, que en la mayoría de las playas está en 15 kilos por persona.

Solo en el área de Fisterra, más de 50 personas capturan longueirón y navaja a pulmón. Una actividad que ven peligrar por la intención del Ministerio de Fomento de prohibir la apnea en todas las modalidades de buceo profesional y extractivo. «Iso é dunha total ignorancia», se queja Guillermo, para quien el uso obligatorio de respiradores haría inviable el marisqueo en muchas zonas. «Nas praias pequenas sería imposible, fariámonos unha lea coas mangueiras, non habería sitio para todos. E en zonas pouco profundas habería que esperar a que subise a marea, co que moitas veces darían as dúas da tarde sen poder traballar» argumenta. Pero además, defiende que la apnea es más respetuosa con el medio ambiente. «A pulmón vas cambiando de lugar, non o esgotas. Co aire podes traballar moito tempo nun sitio aínda que a auga estea turbia, así que calveas os areais».

Para él, su profesión es maravillosa y nada peligrosa: «Meu irmán retirouse o ano pasado con 60 anos e está perfectamente. Temos dous recoñecementos médicos ao ano. Xamais fun a un enterro de alguén que morrera mariscando a pulmón», argumenta.