Patrocinado porPatrocinado por

Galicia recuerda al inglés que rescató a 9 gallegos entre olas de 15 metros

salvador serantes VIVEIRO / LA VOZ

SOMOS MAR

xosé castro

Un sobrino de un tripulante del Sonia Nancy y la Xunta responden al hijo de Peter Joyce para honrarle en el funeral

10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Olas de entre 15 y 17 metros, vientos de más de 110 kilómetros por hora y 10 hombres a bordo de un arrastrero a la deriva, el Sonia Nancy. Sin motor, el virulento temporal convertía en una ruleta rusa el transbordo al mercante o al pesquero que intentaban auxiliarlos. Dos días zarandeados y, cuando logran reparar la máquina, es tarde: el barco se hunde. A 190 millas al sur de Castletownbere (Irlanda), rozando el límite de su capacidad operativa, los socorre un helicóptero británico de salvamento. En esas condiciones extremas, el rescatador aéreo se golpea al descender al pesquero, pero ayuda a izar a los marineros, de dos en dos. Sucedió el 4 de enero de 1998. Nueve pescadores eran gallegos y uno irlandés. Ayer, en una población cercana a Southampton, se celebró el funeral por Peter Joyce, el rescatador. A petición de su hijo Andrew, Galicia se sumó al homenaje póstumo.

De pabellón irlandés, el Sonia Nancy se fue a pique en Gran Sol a los pocos minutos de acabar de evacuar a su tripulación. Salvamento del Reino Unido movilizó otro helicóptero, por si los 10 náufragos no cabían en uno. Tras ese rescate contra reloj en condiciones «extremadamente peligrosas», los marineros fueron trasladados a un aeropuerto británico y, el 6 de enero, los 9 gallegos aterrizaron, sanos y salvos, en Alvedro. La heroica acción de los servicios británicos mereció la Medalla de Plata de la Xunta en 1998, y la reina de Inglaterra galardonó con la Cruz de la Royal Air Force a Peter Joyce.

Palabras en el funeral

Veinte años después, Andrew, el hijo de Peter Joyce, se dirigió a la Embajada de España en Londres solicitando ayuda para localizar a alguno de los 9 gallegos del Sonia Nancy. Se propuso encontrarles por si querían enviar «algunas palabras» para leer en el funeral de su padre. La legación española en el Reino Unido transmitió la solicitud a organizaciones y entidades pesqueras gallegas. Miles de lectores conocieron el deseo del hijo del rescatador a través de la edición impresa, de la web y de las redes sociales de La Voz.

En nombre del sector pesquero gallego, la Consellería do Mar se sumó al funeral de Peter Joyce enviándole a su hijo Andrew una metopa de reconocimiento por haber contribuido a salvar a los 9 gallegos. De todos ellos, solo ha trascendido el rastro del engrasador, Manuel Gantes Silva. Su sobrino Daniel llamó a La Voz para comunicar que está jubilado y, a sus 65 años, reside en Brasil. El teléfono de contacto y la cuenta de una red social que facilitó han sido enviados a la Embajada española en Inglaterra, que los hizo llegar al hijo del rescatador. Hasta ayer, día del funeral, era el único de los náufragos de los que había constancia en la legación de España en Londres.

La odisea del pesquero irlandés vuelve a la actualidad porque, como decía su hijo Andrew, su padre Peter Joyce «siempre estuvo muy orgulloso de que él y su tripulación fueran capaces de salvar las vidas» de los marineros. Crónicas de La Voz y de diarios irlandeses y británicos, así como las autoridades de España, Inglaterra y Galicia, coincidían en 1998 en que la odisea del Sonia Nancy había tenido un final feliz gracias el heroico rescate del helicóptero de la Royal Air Force. En auxilio del arrastrero también acudieron el pesquero coruñés Mapescal -que logró enganchar dos veces el remolque, pero en ambas falló el cabo de tiro-, así como el mercante francés Fort Desaix, que se ofreció para recoger a los 10 náufragos.