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Gardacostas duplicó este año la cantidad de producto decomisado

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

Los agentes del servicio requisaron 170 toneladas de pescado y marisco y más de 22.200 aparejos

28 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en el 2009 Rosa Quintana ocupó el despacho principal de la Consellería do Mar señaló que entre sus prioridades estaba «facer todo o posible para erradicar a lacra do furtivismo da sociedade». Y este miércoles agradeció la implicación del Servizo de Gardacostas de Galicia en esa empresa, al tiempo que destacó la importante labor que los agentes realizan para atajar ese problema. Un trabajo que, como explicó Quintana, se intensifica durante estas fechas navideñas, con controles y vigilancias en las zonas de mayor incidencia y sobre los productos más deseados por los furtivos porque se revalorizan, como pueden ser los casos del percebe, la nécora o la centolla.

Los esfuerzos de este año han dado mayor fruto que los del ejercicio pasado. Cuando faltaban 15 días para acabar el 2017, los datos arrojaban un total de 170 toneladas de pescados y mariscos decomisados, lo que supone más del doble de lo requisado en los doce meses completos del 2016, que se saldó con 73.000 kilos incautados.

Fue menor, sin embargo, el número de aparejos que se decomisaron ya fuese porque estaban mal calados o instalados en zona vedada. Mientras que en el 2016 los guardacostas aprehendieron 24.200 artes de pesca, entre el 1 de enero y el 15 de diciembre pasado se habían retirado 22.200 útiles.

Quintana puso de relieve que los operativos de control que realizan los agentes del servicio adquieren un carácter «de defensa de todo o sector pesqueiro profesional centrado en loitar contra os furtivos que agreden o espazo natural, e tamén na defensa da saúde dos consumidores».

Lucha contra la contaminación

La conselleira lanzó estas alabanzas al Servizo de Gardacostas de Galicia durante la visita que este miércoles realizó al Centro de Coordinación Operativa de Gardacostas, que tiene base en Santiago, y que es desde donde, además de realizar tareas de apoyo al servicio, se deciden las operaciones necesarias en el campo de la lucha contra la contaminación cuando se debe hacer frente a la contingencia.

Allí supervisó el funcionamiento del Plan Territorial de Contaminación Mariña Accidental de Galicia (Camgal), un instrumento que permite controlar, a través de mapas dispuestos en diferentes pantallas, las corrientes de la zona, los vientos, todos los barcos que circulan por las costas gallegas -sobre todo los que llevan mercancías peligrosas que pueden llegar a causar un problema de contaminación- entre otras variables, y que hacen posible que, ante un vertido, los gestores de la crisis dispongan en cuestión de cinco minutos de toda la información que precisan para tomar decisiones.