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España quiere vetar a los lusos la venta el lunes sin que paren el fin de semana

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

SIMÓN BALVÍS

Los arrastreros españoles dicen que la medida no atajará la desventaja competitiva

09 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No solo de sardina viven las relaciones pesqueras entre España y Portugal. Está también el acuerdo bilateral que ambos mantienen desde hace tres décadas y en el que parte del sector español, en concreto el del arrastre, se siente cada vez más incómodo. Un malestar que viene dado por las diferentes reglas de juego que ese convenio contiene para unos y otros según la bandera que ondeen. Si llevan la enseña española, deben amarrar el fin de semana, elegir si faenan en el Cantábrico o frente a las costas portuguesas, no puede usar tren de bolos y deben tirar por la borda todo pez espada que entre en sus redes. Por contra, si navegan con pabellón portugués, pueden trabajar sábados y domingos mientras los españoles están amarrados, están autorizados a trabajar tanto en la zona IXa -de Fisterra al golfo de Cádiz- como en la VIIIc -de Fisterra hasta el golfo de Cádiz-, pueden usar el controvertido arte complementario del arrastre y comercializar el pez espada que entre en el aparejo. De la necesidad de equiparar las normas a una y otra flota es consciente el mismo Ministerio de Agricultura y Pesca, pero este, a diferencia de lo que opinan los arrastreros, defiende la necesidad de mantener el acuerdo aunque Portugal no se pliegue al amarre de fin de semana. Por eso a los armadores del arrastre se les han puesto los pelos como escarpias al conocer que la Administración española, ante las reticencias de Portugal a incluir el descanso semanal para el arrastre en el acuerdo -para el cerco de ambos países ya está recogido-, valora prohibir las ventas en las lonjas los lunes a la flota lusa pero sin impedirles la descarga y, mucho menos, obligarlos a amarrar el fin de semana.

Una propuesta que, a juicio del sector, no conseguiría atajar la desventaja competitiva en que se mueven los arrastreros españoles. «Que máis lles dá a eles non poder vender en lonxa o luns, se xa teñen comprador para o que pescan o sábado e o domingo», señala Torcuato Teixeira, secretario xeral de la Organización de Productores Pescagalicia.

Desde esa OPP recuerdan que ya se intentó a través de normas de extensión en las comunidades autónomas limitar las descargas a los lusos, imponer horarios... «Non serviu de nada», añade. Y pone el ejemplo de A Coruña, donde los barcos de bandera portuguesa subastan en último lugar, van después de los españoles, se les asigna el peor sitio del recinto, pero da igual, porque ya tienen sus propios clientes. Lo que les interesa es seguir trabajando el fin de semana, que es lo que les permite adelantarse y les da esa ventaja competitiva.

Cambios de la ley española

Así que solo la inclusión del descanso semanal, esa cláusula que se escribió en el anterior acuerdo pero que desapareció misteriosamente tres meses después de la firma del pacto en el 2012, conseguirá poner en plano de igualdad a las flotas. Eso, o un cambio de la normativa española para equipararla a la lusa. Porque el arrastre sabe que Portugal reconsideraría su postura si España permitiese que sus barcos de arrastre fuesen a faenar a 12 millas de las costas portuguesas. Y esa sí podría ser una solución, señalan.

La intención es firmar el nuevo acuerdo de pesca por un período de cuatro años

Arrastreros gallegos insisten en que es mejor no tener acuerdo que mantener el actual. Y, sobre todo, si lo que se pretende es firmar por cuatro años, como ha apuntado al sector el subdirector del caladero nacional, Rafael Centenera. Que la actual redacción del convenio supone una ventaja competitiva para los lusos está más que demostrado, dicen, cuando detrás de la mayor parte de los arrastreros portugueses que faenan en el Cantábrico lo que hay es un armador español. Y alguno incluso ha desguazado el barco que tenía en Galicia para comprar otro en Portugal y ponerlo a trabajar frente a las costas gallegas.

Desde Pescagalicia recuerdan que el empeño en imponer a Portugal las mismas reglas que las que tienen los españoles no es un capricho de esa organización. Es algo que en su día también reclamó el Parlamento de Galicia, al aprobar por una unanimidad una proposición no de ley en la que se pedía que las flotas española y lusa tuviesen que acatar las mismas reglas en el Cantábrico. Y se trata de una cuestión que, no por unanimidad pero sí por amplia mayoría, apoyó el Consello Galego de Pesca, que abogó por incluir una cláusula impidiendo trabajar a los lusos el fin de semana en el Cantábrico. En ese foro, los sindicatos pusieron énfasis en el aspecto social, recalcando las diferentes condiciones en que trabajan los marineros según su barco tenga bandera española o portuguesa, por más que estén operando en el mismo sitio y que incluso pertenezcan a la misma casa armadora.