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Mucho optimismo, pero poco marisco en el estreno del «nuevo» banco de As Pías

Álvaro Alonso Filgueira
Álvaro Alonso FERROL / LA VOZ

SOMOS MAR

José Pardo

Esta zona de la ría de Ferrol pasó a ser de libre marisqueo tras 12 años contaminada

28 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A las ocho de la mañana del lunes se dio el banderazo de salida en la ría de Ferrol a una nueva etapa. Un antes y un después, tras 12 años de espera y reivindicaciones, para mil familias que sustentan su economía en el marisqueo. El banco de As Pías, etiquetado como zona C hasta este fin de semana, ya es B. Esto significa que, cuando antes todo molusco que se recogía ahí tenía que pasar por una batea de reinstalación para ser depurado, ahora irá directamente a la lonja y se podrá vender fresco. Todo ello, gracias a la puesta en marcha del saneamiento hace varios meses.

El estreno de esta nueva condición de la zona se vivió con alegría entre los mariscadores, aunque con menos producto del esperado. La marea alta evitó que parte de los que se echaron a la ría llegaran a los topes, pero la sensación de satisfacción no se la quitó nadie. «Nadie quería la batea, llevábamos muchos años solicitando este cambio, que era imprescindible para sobrevivir», expresó la patrona mayor de la cofradía de Ferrol, Isabel Maroño. La mayor claridad del agua y el menor olor a la hora de levantar el marisco fueron algunas de las sensaciones que se han ido notando en los últimos meses.

La mejora no es únicamente material, sino también económica. La reinstalación, de una duración de 15 días, había elevado la mortandad del molusco, al tener que ser trasladado hasta las bateas -en la boca de la ría- y luego ser recogido. Además, los mariscadores podrán cobrar ahora lo capturado en As Pías semana a semana y no cada dos. «Las pérdidas que acarreaba el hecho de que fuera una zona C eran inmensas. Vender en fresco es otro mundo y en general estamos contentos», destaca Carlos Rey, el responsable de la cofradía de Barallobre, en Fene.

Subida de los precios

Rey dice «en general» porque la cantidad de producto en este primer día tampoco convenció al otro lado de la ría. La almeja babosa es la más abundante, seguida por la japónica y la fina, cuyo tamaño, a pesar de los kilos recolectados, «fue bastante aceptable». Lo normal sería que, con el paso de las semanas, el precio de esa almeja se revalorizara en la lonja. Ahora se está vendiendo a unos 15 euros, impuestos incluidos, pero esa tasación podría ser pronto el doble al unirse las nuevas condiciones de la ría con la campaña de Navidad.

La primera subasta tras el paso de C a B en As Pías se notó en el número y variedad en las cajas al suelo en el pósito ferrolano. «Visualmente, el marisco está parecido, pero analíticamente el salto es muy grande», explicó Maroño. Entre las próximas metas, la limpieza de los fondos de esa zona, con mucho lodo, y la habilitación de A Malata, la única zona C que queda en la ría.

La mitad de Os Praceres, en Pontevedra, reabrió en agosto tras 19 años como zona C

La sonrisa ha vuelto a las caras de los mariscadores de las cofradías de Ferrol y Barallobre. En agosto, los afortunados fueron los profesionales de los pósitos de Pontevedra, Lourizán y Raxó, en la ría pontevedresa, tras la recalificación como zona B de la mitad del banco de Os Praceres, que era C desde 1998. Tres meses después, ¿qué tal les irá? María del Carmen Vázquez, patrona mayor de Lourizán, explica que siguen con la sonrisa en la boca por la reapertura de la zona, aunque su riqueza y productividad no es, ni de lejos, la que fue en su momento. Tantos años sin explotarla han pasado factura y tendrá que pasar tiempo para recuperar el espacio para el marisqueo, resume Vázquez.

Lo cierto es que los pósitos todavía no han tenido demasiado tiempo para ponerse manos a la obra para llevar a cabo la regeneración a fondo del banco. De momento, la mayor parte de los profesionales siguen prefiriendo mariscar en otras zonas ya productivas, más fáciles de remover y menos fangosas, explica la patrona mayor de Lourizán.

«O importante, que está aberto»

Sin embargo, este mes de noviembre se juntaron en esa otra mitad de Os Praceres unos 300 mariscadores de las tres cofradías de la ría. Trabajaron allí durante unos ocho días y constataron que el banco necesita tiempo, que es preciso remover mucho el sustrato para que los moluscos se críen en condiciones y el espacio vuelva a ser todo lo productivo que fue. «O importante é que está aberto, e esperamos que co tempo volva a ser o que foi», destacó María del Carmen Vázquez.