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Demandan por falsedad al armador del Santa Ana, que naufragó frente a Asturias

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Pepa Losada

Una viuda lo acusa de declarar que su marido era segundo patrón en vez de cocinero

20 nov 2017 . Actualizado a las 13:17 h.

A las 4.30 horas del 10 de marzo del 2014, el pesquero Santa Ana, de bandera portuguesa pero de armador muradano, zarpó del puerto de Avilés para pescar xarda frente a la costa asturiana. No llegó a largar el aparejo. Sobre las 5:18 horas chocó contra las rocas en la isla Erbosa, frente al cabo Peñas, y se fue a pique. De los nueve tripulantes, solo uno consiguió salvarse, Manuel Simal, que en el último despacho del buque previo al accidente -hecho tres días antes en Ondárroa, no la víspera en Avilés- figuraba como segundo patrón del barco, cuando es técnico de pesca. El resto de los marineros, incluido un alumno de prácticas que realizaba su primer día de mar, perecieron ahogados.

El juzgado de instrucción número 7 de Avilés, que se encargó de la investigación del accidente, acabó sobreseyendo el caso dada la imposibilidad de atribuir responsabilidades penales en la investigación realizada. Pero en su auto, el juez deja constancia de hechos «cuando menos resultan sorprendentes por salir fuera de lo común», siembra dudas sobre la cadena real de mando en el barco, y constata «posibles irregularidades» aunque «sin relación directa con el accidente».

Esas irregularidades son las que ahora dan pie a Ramona Rodríguez, la viuda de uno de los marineros, el muradano Manuel Indalecio Mayo, a presentar una demanda contra el armador del pesquero por un delito continuado de falsedad en documento oficial. Lo acusa de comparecer «ante un organismo oficial y entregar documentación certificativa de las personas que se enrolaban, documentos convertidos en oficiales y que no se ajustaban a la realidad» para que el Santa Ana obtuviese el despacho para zarpar.

La acusación, de la que se encarga el despacho coruñés KNM Abogados, sostiene que el armador aportó listas de tripulaciones de embarque para despachar el buque «a sabiendas de su falsedad, de que la titulación de los marineros era deficiente» y que, además, no se correspondía con la cadena de mando real en el barco.

En el despacho de Ondárroa, el marido de Rodríguez figura como cocinero, cuando el armador, en declaraciones posteriores, lo presentó como segundo patrón. A pesar de tener titulación suficiente para ejercer esas funciones, no las realizaba porque «su título no estaba homologado en el país de bandera del buque, Portugal».

La demanda sostiene que el segundo patrón, de facto, era Manuel Simal, que, sin embargo, carece de titulación para ejercer esas funciones. Sin embargo, según la denuncia, con posterioridad al accidente, el armador declaró que era Indalecio Mayo el segundo patrón, achacando a un error de Ondárroa y al personal de la oficina en Avilés que este figurase en los papeles como cocinero. Sin embargo, «como así se acredita en las nóminas y en la cotización a la Seguridad Social», Mayo cobraba como cocinero, no como segundo patrón. El mismo juez instructor deja constancia de «serias dudas» de que fuera este el segundo patrón y de que Manuel Simal fuera «un mero patrón de pesca».

Ramona Rodríguez prevé presentar hoy su demanda ante el Juzgado de Instrucción Muros.