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Bruselas propone arrebatar a la flota un 30 % de la cuota de merluza sur

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

El stock no acaba de recuperarse tras tres años consecutivos de recortes en las capturas

07 nov 2017 . Actualizado a las 05:15 h.

La lucha de la flota pesquera gallega por la hegemonía de los mares siempre ha tenido como telón de fondo las restricciones. Desde la expulsión de los bacaladeros en Terranova decretada por los británicos en el 1763 hasta la obligación de adelgazar su armada tras la entrada en la Unión Europea en el 1986. De la «Flota de los 300» que surcaban las bravas aguas del Gran Sol por entonces, hoy solo quedan 87 naves en activo. El mismo escenario se repite en otros caladeros. El sector, asfixiado por las estrictas normas de la nueva Política Comunitaria de Pesca (PCP) trata de sobrevivir a los agudos recortes acometidos por la UE a los TAC y cuotas. Se acerca el 2020 y con él el plazo para lograr que todas las pesquerías se exploten dentro de los límites del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS). Bruselas está empeñada en que se haga a cualquier precio: «No es tiempo de complacencias. Tenemos que continuar con los esfuerzos», apremió esta mañana el comisario de Pesca, Karmenu Vella, tras presentar una propuesta de cuotas del Atlántico noreste para el 2018. La intención del maltés es reducir por cuarto año consecutivo la cuota de merluza ibérica hasta en un 30 %. Ni siquiera el stock del norte se libra de la poda. Bruselas propone un recorte del 19 %, a pesar de que la especie se está multiplicando y extendiendo hasta latitudes inusuales para la especie, según reporta la flota.

De las especies de interés comercial para los pescadores gallegos, el jurel ibérico es el que sale peor parado. La Comisión Europea, siguiendo las recomendaciones científicas, ha decretado esta mañana un tajo del 24 % para el stock, que será compensado con un aumento del 21 % para su hermano del Cantábrico. La cuota pata el gallo ibérico y del Cantábrico podría aumentar un 20 %, todo lo contrario que el rape. La evolución de esta especie explica a la perfección la falta de precisión de la UE a la hora de gestionar las posibilidades de pesca. En el 2016, Bruselas ofreció un aumento del 54 % del TAC para el stock de rape ibérico y cantábrico, que este año sufrirá una poda brusca reduciendo en un 2 % las capturas. Más al norte del Cantábrico, la flota deberá hacer un esfuerzo adicional del 12 %.

¿Qué pasará con la cigala? Como era previsible a la luz de los informes científicos, Vella ha vuelto a imponer la prohibición de pescar un solo ejemplar en el Golfo de Vizcaya por el deficiente estado de la pesquería, tan codiciada por la flota. El sector rechaza de plano las estimaciones de los científicos y echan mano de los registros de capturas para demostrar que las mediciones no se ajustan a al realidad. Bruselas es consciente de la disputa, pero aboga por dejar en manos de los 28 Estados miembros la decisión final que tomará el Consejo de ministros del 11 y 12 de diciembre. La cuota de anchoa de esa misma zona se quedará en las 33.000 toneladas.

La cuenta atrás para fijar las posibilidades de pesca del 2018 ha comenzado. Sobre el tapete, los ministros y el sector tratarán de poner todos los argumentos posibles para limitar al máximo el ánimo de Bruselas de cumplir con puntualidad británica los plazos previstos por la PCP, aunque para ello la flota tenga que hacer malabares. La prohibición de los descartes, los recortes para alcanzar el objetivo de RMS, las exigencias para reducir el esfuerzo pesquero y conseguir artes de pesca más sostenibles están convirtiendo la actividad pesquera en un rompecabezas. Bruselas persiste y celebra que hasta 44 stocks ya se estén explotando en niveles de RMS frente a los cinco del 2009. ¿Qué pasará cuando se aplique la obligación de desembarco para todas las especies? ¿Cómo evitará la UE el problema de las «especies de estrangulamiento»? Bruselas asegura que sigue en contacto con el sector para buscar vías de salida. Por el momento ha tomado una decisión que podría marcar a la flota gallega con sus molestas «especies accesorias»: El TAC para la platija en el Mar del Norte fue suprimida este año «al no mostrar efectos en su conservación».