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Galicia se pone a la cabeza de la náutica con pioneras embarcaciones inteligentes

e. abuín BARCELONA / ENVIADA ESPECIAL

SOMOS MAR

El sector se cita en el salón de Barcelona para presentar las últimas innovaciones, como la ribeirense A Poutada y sus cuatro barcos de recreo de vanguardia

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos años, Barcelona intentó medirse con Vigo en materia pesquera. Plantó en la capital catalana una versión de la Seafood Exhibition de Bruselas que tuvo que echar el cierre tras su tercera edición. Por el contrario, la ciudad olívica se adentró en las ferias náuticas para medirse desde el noroeste con Barcelona y esa ambición no acabó de cuajar.

Porque cada sitio requiere lo suyo y si el ambiente para negocios pesqueros es Vigo, para la náutica de recreo, Barcelona no tiene parangón. Ya no se trata solo de que la que ahora se está desarrollando llegue este año a su 56 edición, ni de que Cataluña lidere el mercado náutico en España -con una cuota del 23,2 %-, sino porque juega en otra división. Midiéndose con Düsseldorf, Génova y Cannes, a las que doblega en algunas cuestiones, como es el caso de los catamaranes. Se exhiben 21. Impresionantes -si se permite la licencia del adjetivo-. «No hay ningún salón en Europa que exhiba catamaranes como aquí», presume Luis Conde, presidente del Salón Náutico de Barcelona, que mañana cerrará las puertas de una edición, la más tecnológica de las 56 que ha habido, y que confirma que la náutica se ha subido a la nube, vive en plena era del Internet de las Cosas y en plena vorágine en su búsqueda de la sostenibidad.

Así es que prefijo ‘i-’ o en su versión de smart y el adjetivo green copan casetas y carteles de una exposición que ha conseguido superarse, pues ocupa un 11 % más de terreno en el Port Vell para alojar a 275 expositores, una cifra un 7 % superior a los del año anterior, según datos de la organización. También ha crecido la muestra flotante, con 180 embarcaciones de más de ocho metros expuestas en el agua y el foro se ha consolidado como puesta de largo de novedades e innovaciones. Más de 120, tanto en embarcaciones como en motores y electrónica.

Rodman y su barco conectado

Galicia, con Rodman al frente, puso también su sello. La firma viguesa presentó en el Salón Náutico de Barcelona una de las primeras embarcaciones conectadas que están disponibles en el mercado. Un sistema inteligente que, gracias a una serie de sensores y dispositivos, permite conocer y controlar en tiempo real diversas cuestiones del barco por más que el propietario se encuentre a cientos de kilómetros de distancia. «Desde Madrid, si tienes el barco en Sanxenxo, por ejemplo, puedes conocer el estado de las baterías, la temperatura de la sala de máquinas, si hay riesgo de hundimiento o, incluso, si alguien ha entrado en el barco», explica María a pie del Rodman Spirit 31 que exhiben de muestra.

No es la única presencia gallega. Está Pérez Queiruga, de Ribeira, y su vecina A Poutada. Asidua desde 1992, aunque rotulada con el nombre de Pacific Craft -firma de la que posee la distribución en exclusiva para España y Portugal-, exhibe cuatro embarcaciones de recreo de vanguardia de la eslora más comercializada -el segmento de menos de 8 metros-, pero con motores de gran potencia.

La tonalidad verde que está adquiriendo el salón se percibe en los motores híbridos -diésel y eléctricos- que están apareciendo, en las embarcaciones con paneles solares y otras fuentes de energía renovables, motores menos ruidosos, libres de humo y con mayor autonomía.

En servicios, además de los financieros y aseguradoras, destaca el amplio catálogo de aplicaciones que permiten conocer puertos y marinas, obtener cartas de navegación, seleccionar calas o playas e, incluso, conocer ubicación de los bancos de peces. Ya hay hasta un BlaBlaCar de barcos, una plataforma para compartir experiencias náuticas. Definitivamente, el barco de recreo ha entrado en una nueva era.

De novedades, innovaciones, ingenios y demás

Que una marejada no te derrame el vino

Desde Australia, Motion Global ha desembarcado en el salón náutico con una solución para que una marejada o marejadilla no frustre una velada disfrutando de una copa de vino o de un refresco. Ha inventado los vasos antideslizantes aplicando un imán a los recipientes, a las bandejas y a los posavasos.

 

Control total con tecnología española

La edición ha habilitado una zona para las start-up. Entre ellas está SmartSea, que presenta Smartboat. La aplicación, además de permitir controlar el barco desde tierra, obliga a realizar un repaso de los puntos de seguridad en cuanto se embarca y, ya navegando, informa de la posición, meteorología, rumbo, etcétera.

Realidad virtual para conocer resultados

Desde Virtual Reality & Bussines atiende en gallego un catalán hijo de gallegos que muestra un programa que, por realidad virtual, permite tanto al constructor en el astillero, como al cliente que ha encargado el barco, conocer cómo va a quedar y la funcionalidad de los elementos que se van a incorporar a la embarcación.

Como el lavacoches, pero para los barcos

Boatwasher es algo desconocido en España. Una máquina de invención sueca, de plena aceptación en Escandinavia, que intenta hacerse un hueco. Son los rodillos que se usan en los lavados automáticos de coches, pero para el fondo de los barcos. Un método ecológico que podría sustituir a la patente, tan contaminante.

Deportes y actividades lúdicas al lado de los 18 mejores barcos de Europa

La feria espera superar el número de visitantes que tuvo el año pasado

e. a.

El Salón Náutico de Barcelona es una feria, pero también una fiesta. Los yates, veleros, catamaranes y embarcaciones rígidas son el centro. No en vano, es el escaparate que han elegido 18 de los candidatos a mejor barco europeo del año. Ahí está el Azimut AZ S7, una de las estrellas del salón, con sus 21 metros de eslora y tres motores de 800 caballos. O el Gran Turismo 50 HT de Bénetau, de 15,4 metros con un diseño innovador. Pero no es menos importante la presencia de canoas a pedales, bicicletas náuticas, planchas de padel-surf y hasta hinchables en forma de pelícano como el que el verano pasado popularizaron Paquirrín y las famosas.

Food trucks, exhibiciones náuticas y actividades deportivas variadas hacen del salón mucho más que el centro de negocios náutico que es para las empresas y sus clientes -las compañías apalabran aquí el 50 % de las operaciones que realizan, según afirman desde Fira de Barcelona-. No solo acuden los interesados en comprarse un barco, sino familias enteras dispuestas a pasar el día observando las novedades, probando la bicicleta náutica o la moto tiburón que corre que se las pela sobre la superficie del agua, pero, además, se sumerge para que se pueda ver el fondo.

Sin interferencias del procés

La feria espera rebasar los visitantes que tuvo el año pasado, superado el temor inicial a que los acontecimientos políticos pudiesen interferir en el desarrollo del salón. No ha sido así. «Ha habido tres bajas», algo que «no es significativo» porque todos los años a última hora se producen altas y deserciones en igual o, incluso, en mayor número.