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Deportes y actividades lúdicas al lado de los 18 mejores barcos de Europa

e. a. BARCELONA / LA VOZ

SOMOS MAR

La feria espera superar el número de visitantes que tuvo el año pasado

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Salón Náutico de Barcelona es una feria, pero también una fiesta. Los yates, veleros, catamaranes y embarcaciones rígidas son el centro. No en vano, es el escaparate que han elegido 18 de los candidatos a mejor barco europeo del año. Ahí está el Azimut AZ S7, una de las estrellas del salón, con sus 21 metros de eslora y tres motores de 800 caballos. O el Gran Turismo 50 HT de Bénetau, de 15,4 metros con un diseño innovador. Pero no es menos importante la presencia de canoas a pedales, bicicletas náuticas, planchas de padel-surf y hasta hinchables en forma de pelícano como el que el verano pasado popularizaron Paquirrín y las famosas.

Food trucks, exhibiciones náuticas y actividades deportivas variadas hacen del salón mucho más que el centro de negocios náutico que es para las empresas y sus clientes -las compañías apalabran aquí el 50 % de las operaciones que realizan, según afirman desde Fira de Barcelona-. No solo acuden los interesados en comprarse un barco, sino familias enteras dispuestas a pasar el día observando las novedades, probando la bicicleta náutica o la moto tiburón que corre que se las pela sobre la superficie del agua, pero, además, se sumerge para que se pueda ver el fondo.

Sin interferencias del procés

La feria espera rebasar los visitantes que tuvo el año pasado, superado el temor inicial a que los acontecimientos políticos pudiesen interferir en el desarrollo del salón. No ha sido así. «Ha habido tres bajas», algo que «no es significativo» porque todos los años a última hora se producen altas y deserciones en igual o, incluso, en mayor número.