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Galicia quiere cobrarse en cupos de pesca el sacrificio de desguazar flota

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

monica ferreiros

Propugna que la cuota de pelágicos se asigne en función de si va o no para harina

09 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que la misma Bruselas admite que se ha reducido la sobrepesca y que están mejorando los stocks en los caladeros comunitarios del Atlántico nororiental, la pesca gallega cree que ha llegado la hora de cobrarse los réditos de sus años de esfuerzo de reducción de flota. Ese sacrificio no ha sido homogéneo en toda Europa. Galicia se tiene por campeona. Su censo adelgazó un 20 % entre el 2004 y el 2014, sobre todo en flotas como el palangre de fondo y arrastre del Atlántico Nororiental, que quedó en la mitad, y la de arrastre del Cantábrico Noroeste, que perdió casi un tercio de sus unidades. Y, por eso, cree que debe ser recompensada con mayores cuotas de pesca.

Esa demanda, rubricada por el Consello Galego de Pesca, figura entre las consideraciones que Galicia hace a Madrid y a Bruselas ante la elaboración de la propuesta de posibilidades de pesca para el año que viene. Un ejercicio que, además, estará marcado por la ampliación del veto a los descartes a varias especies demersales, en las que será más difícil sortear la prohibición.

sostenibilidad

Un objetivo para después del 2018. Galicia arremete contra el empeño de la Comisión de tratar de alcanzar cuanto antes el objetivo del rendimiento máximo sostenible (RMS) en todas las poblaciones aun a costa de llevar al desguace a los barcos y al paro a los marineros. La pesca gallega recuerda que aún está en plazo, pues dispone hasta el 2020 para cumplir esa meta loable y positiva siempre que no rompa el equilibrio por la pata socioeconómica, también parte de la sostenibilidad.

principio de precaución

Colchón del 15 %. También para no dejar coja la sostenibilidad por la parte económica y social, Galicia apuesta por limitar el poder del principio de precaución, ese que propugna que en casos de duda por falta de datos científicos sobre el estado de la pesquería lo mejor es actuar con cautela y tirar del TAC (total admisible de captura) a la baja. El sector reclama para esos casos que la rebaja no pueda exceder del 15 %, para hacerla asumible al sector. Quieren así blindarse contra mazazos como en el que sufrieron en el 2011 con el lirio, cuyo cupo se rebajó un 89 % de golpe por sospechas sobre su estado biológico.

sin TAC para la bajura

Exención para las especies de escaso impacto. Está claro que el impacto que puede tener la bajura en algunas poblaciones sometidas a TAC, como puede ser la xarda, es mínimo. Como también lo es el que pueden hacer las flotas de altura y gran altura sobre las especies que pescan de forma accesoria y que vienen acompañando a su objetivo. Por eso Galicia pide a Bruselas que estudie la posibilidad de dejar esas capturas al margen del recuento del TAC. No está demandando nada extraño, puesto que eso mismo se ha hecho para la limanda y la platija en el mar del Norte, con el ánimo de facilitar la implantación de la obligación de desembarque.

veto a los descartes

Flexibilidad, flexibilidad y más flexibilidad para evitar el estrangulamiento. Está claro que buena parte de las consideraciones se hacen en el apartado de los descartes. Galicia reclama una colaboración más intensa entre Estados y Comisión para evitar que la obligación de desembarque derive en el estrangulamiento de la flota y que esta se vea obligada a amarrar por no disponer de cupo de una de sus especies accesorias, como el bacalao, el ochavo o el eglefino. Así, reclaman que se mejore la disponibilidad de datos de descartes, que se apliquen las exenciones de mínimis al máximo y que se aprueben los criterios más altos de flexibilidad interespecies para evitar ese problema que provocan las denominadas choke species (especies de estragulamiento). De la misma manera, el sector gallego pide cuota de especies que ahora no tiene y que sí pesca, como los citados casos del bacalao o el ochavo, y que se habiliten mecanismos para poder aprovechar las cuotas que otros países no utilicen.

más cupo según destino

Ventaja al de mayor valor añadido. El impacto de la flota gallega sobre las poblaciones de especies pelágicas es comedido, si se compara con los niveles de explotación en los países del norte de Europa. Y, además, Galicia pesca jurel, xarda y lirio para comer, no para hacer harina de pescado, como hacen por ejemplo los daneses. La pesca gallega quiere acercar el ascua a su sardina y sacar rédito de ese mayor valor añadido, por lo que propone que se asignen cuotas en función del destino de las capturas -más para quienes pescan para consumo humano- y de las artes de pesca empleadas.

FRONTERA PERMEABLE

Vivir en dos zonas de pesca. Galicia sostiene que en el caso de las especies pelágicas esa frontera que marca la zona VIIIc -de Fisterra al Bidasoa- y IXa -de Fisterra al golfo de Cádiz- tiene poco sentido, al menos allí donde se dibuja esa línea imaginaria. Por eso pretende que se amplíe del 5 al 25 o 40 % la posibilidad de traspasar cuota de una especie de una zona para otra.

Una solución para todos o para nadie

El documento del Consello Galego de Pesca recoge en palabras un golpe en la mesa para atajar de raíz un atisbo de discriminación que ven en el horizonte. Resulta que la merluza del norte se ha recuperado tanto -y aquí hay que recordar que la flota española de arrastre de Gran Sol se redujo un 70 % en diez años- que el stock se ha expandido y ahora se pesca en latitudes antes impensables, como Noruega. Esta abundancia la ha convertido en una especie de estrangulamiento para los países del norte, que no disponen de cupo simplemente porque no la había en sus aguas. Ahora, con la prohibición de descartarla, los barcos corren el riesgo de agotar los mecanismos para descontarla y tener que amarrar por falta de cuota.

Algo no muy distinto de lo que le puede suceder a la flota gallega con el bacalao o el eglefino. Por eso Galicia advierte de que «en ningún caso debe abordarse ni tratarse la solución a este problema en un marco de excepcionalidad distinto al de otros stocks, especialmente de aquellos en que las cuotas cero representan similar problema para los Estados miembros».

Y para cuotas cero, Galicia, de las últimas en incorporarse con el pastel repartido. Así que o se busca una solución para todos o el sector pesquero gallego montará en cólera si la salida lo menoscaba.

El arrastre reclama la reapertura de la pesquería de la cigala en aguas gallegas

La falta de datos sobre el estado de las pesquerías es otro de los reproches que Galicia hace a Bruselas. La propia Comisión Europea admite que, en el caso del Cantábrico, solo dispone de evaluaciones de un puñado de poblaciones del golfo de Vizcaya y de las aguas ibéricas del Atlántico. Esas lagunas sobre la situación biológica de las especies pesqueras tiene un claro perjudicado: el arrastre de litoral que solía pescar cigala. Solía, porque desde este año esa captura está totalmente prohibida en el Cantábrico Noroeste. Bruselas aprobó una cuota cero para este año y los dos siguientes.

La flota sostiene que esa medida se tomó atendiendo a parámetros comerciales; esto es, por el volumen de descargas, puesto que no se ha hecho una prospección de la cigala en aguas ibéricas desde el 2007.

La realidad biológica la conoce la experiencia de los arrastreros, que perciben una recuperación en ese stock. Y lo han plasmado en datos con la información recabada por los profesionales a bordo de los buques durante el 2015 y el 2016. De ahí que hayan incorporado en el documento del Consello Galego de Pesca la petición de reapertura de la pesquería de cigala en la unidad funcional 25 (UF 25), que cae en aguas gallegas.

Paralelamente, la flota está llevando a cabo la campaña de seguimiento de índices de abundancia de cigala en el norte de Galicia, reflejada en el acrónimo Caracas. Concluirá el 30 de septiembre y, según expresa, está arrojando resultados muy satisfactorios, pues ha detectado una presencia importante de cigala en el marco de esa unidad funcional.

El simplismo al echar cuentas

Por otra parte, Galicia reprocha a Bruselas en el documento que es demasiado simplista a la hora de concluir que pescar es ahora más rentable. Cierto que la flota europea tuvo en el 2014 ganancias récord, de 770 millones, pero no lo es menos que eso no es homogéneo y que hay segmentos en negativo.

Y si los barcos ganan más, no es por el 2 más 2 son 4 que hace la Comisión -a más peces, más ganancias-, sino gracias a una ecuación más compleja en la que hay un signo menos, el de la flota desguazada, y un término que, por suerte, ha permanecido constante y que es el precio del combustible, en niveles bajos estables desde hace unos años. Por eso conmina a Bruselas a fijarse en otros parámetros, como el rendimiento medio diario de pesca.