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La piratería sigue siendo un peligro en Somalia y en el golfo de Guinea

e. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

El número de ataques en el mundo baja, pero se cronifica en estas dos áreas

10 ago 2017 . Actualizado a las 07:39 h.

Los actos de piratería y robos a mano armada en el mar están en retroceso a nivel mundial. Frente a los 97 asaltos que se denunciaron en el primer semestre del 2016, en lo que va de este año se han conocido 87. Se trata de una cifra que sitúa esta primera parte del 2017 como uno de los períodos de más baja actividad delictiva en el mar en los últimos cinco años, según el último informe de la Oficina Marítima Internacional (IMB). Esa misma fuente cifra en 63 los barcos abordados, doce tiroteados y cuatro secuestrados, a lo que hay que sumar ocho tentativas de hacerse con otros tantos buques. En cuanto a las víctimas personales, 63 tripulantes fueron tomados como rehenes, tres heridos y dos asesinados.

Ahora bien, pese a esa tendencia alentadora de caída de los actos violentos, hay puntos del globo en los que el fenómeno de la piratería sigue siendo un problema de primer nivel. La IMB pone el foco en Somalia y en el golfo de Guinea, donde la actividad delictiva sigue suponiendo una amenaza para los mercantes que navegan por esas aguas del este y el oeste del continente africano.

En el cuerno de África se han vuelto a registrar nuevos ataques de los piratas somalíes a embarcaciones. El punto más caliente es la zona del golfo de Adén, que durante años estuvo libre de incidentes. El secuestro de un dhow indio a principios de abril fue uno de los cinco incidentes denunciados en aguas somalíes en estas fechas. Este hecho, sumado a otros tres informes de buques que fueron atacados con disparos y al de un granelero abordado por delincuentes, confirman que los piratas somalíes todavía conservan la capacidad para atacar buques mercantes en alta mar. Es por eso que el informe del IMB recomienda a los capitanes de las embarcaciones mantener un alto nivel de vigilancia cuando naveguen por esta zona de alto riesgo, así como que adopten la versión más reciente de las prácticas de seguridad a bordo recomendadas por el sector.

Los nigerianos son más crueles

Pero si la actividad delictiva en Somalia preocupa, más lo hace la situación que se da en el golfo de Guinea, ámbito en el que operan los piratas nigerianos, más crueles y atrevidos que los del otro lado del continente. A ellos se les atribuye la autoría del secuestro de 31 tripulantes en los cinco incidentes que se han denunciado en lo que va año. Además, la mayor parte de los ataques se han producido en aguas de Nigeria.

La Oficina Marítima Internacional admite que necesita más información sobre los ataques piratas en esta zona y con esa finalidad ha propuesto la creación de una especie de comunidad de informes (para lo que contaría con el apoyo de Oceans Beyond Piracy) para poner en común denuncias sobre asaltos y robos a mano armada con el objetivo de reducir al máximo posible el número de incidentes en el golfo de Guinea.

Por el contrario, la tranquilidad ha mejorado en el sureste de Asia, donde han descendido los ataques gracias a la cooperación entre las fuerzas de seguridad de Indonesia, Malasia y Filipinas. En estas islas, los nueve casos que se detectaron en el tercer trimestre, cayeron a cuatro en el segundo.

A pesar de esa disminución, la IMB puso el acento en que podrían estar resurgiendo en ese área los robos de combustible. Así, señala que un petrolero en ruta desde Singapur a Songkhla, en Tailandia, fue asaltado a finales de junio por seis piratas fuertemente armados que transfirieron 1.500 toneladas de gasoil a otro barco.

Ese asalto reproduce el sistema de otros anteriores que se produjeron en la región cada dos semanas entre abril del 2014 y agosto del 2015.

«No podemos prescindir de la seguridad en los barcos»

jonathan touriño / e. a.

Desde la puesta en marcha de la operación Atalanta, en el 2008, y sus posteriores prórrogas, pescar frente a la costa de Somalia y su entorno se ha hecho algo más seguro con el tiempo. De hecho, hasta marzo pasado, no se había habido ningún secuestro de un barco comercial desde el 2012. Claro está que la posibilidad de contar con seguridad privada a bordo de los barcos ayudó mucho a disminuir los asaltos. Los atuneros españoles están ahora pendientes de saber si se prórroga la operación Atalanta, que se acabará el 31 de diciembre del 2018.

Situación que, de momento, no parece afectar a Javier Aneiros, el capitán gallego del Albacán, de la empresa vasca Albacora, que faena frente a las costas somalíes. Asegura que «la cosa está tranquila», pero advierte que en cuanto la actividad militar se acabe, los piratas volverán a las aguas. Por lo tanto, lo más importante para ellos es que puedan seguir contando con seguridad privada, incluso si no se renueva la Atalanta. «Nosotros no podemos prescindir de la seguridad que tenemos en los barcos, porque sino volvería a haber piratería» afirma el capitán del atunero. Ya que para él, la presencia de los militares, aunque sea por precaución, ayuda a evitar que barcos piratas se atrevan a secuestrar, o incluso atacar barcos comerciales.

Importancia de la seguridad

Considera Javier Aneiros que la seguridad privada es necesaria y aporta tranquilidad a la hora de pescar y no estar en alerta en todo momento por si viene algún barco pirata, «no hay el miedo que hubo en su momento» destaca. Y es que el Albacán ha sido atacado dos veces por piratas somalíes en el 2010, con 14 gallegos a bordo, pero la seguridad privada con la que contaban logró ahuyentar a los asaltantes.

El único cambio con la presencia de vigilantes ha sido el de los turnos, «al tener guardias de noche». Si, de momento, la actividad está controlada en la costa de Somalia, el capitán del Albacán asegura que no se puede decir lo mismo del golfo de Adén: «Allí ha habido más ambiente últimamente». Como lo ha demostrado el informe de la Oficina Marítima Internacional. Y a pesar de que se haya puesto el foco en Somalia, en el Albacán no se plantean faenar en otros lugares, «si no nos quitan la seguridad privada, nosotros seguiremos igual», ya que no tienen más remedio que seguir pescando por esta zona. Pase lo que pase con la decisión de la Unión Europea sobre la operación Atalanta, y la posible retirada de los militares europeos.