Comercializadores de marisco denuncian la pérdida de mercado por la falta de vuelos directos a Canarias

Los comercializadores de marisco fresco están perdiendo mercado en Canarias por ausencia de vuelos directos entre Galicia y las islas, lo que les sitúa, dicen, «en clara desventaja» frente a los competidores de otros países de Europa. «La falta de conexiones aéreas con las islas que prioricen la carga de producto fresco veta a nuestras empresas», afirma el presidente de Agacomar (Asociación Galega de Comercializadores de Marisco), Juan Manuel Outeda, que sostiene que resulta muy complicado, por no decir imposible, fidelizar a los clientes «si no podemos garantizar la llegada de la mercancía».

Lo que no puede ser, a juicio de Outeda, es que lleguen antes a Canarias unas nécoras capturadas en Francia que unos mejillones de la ría de Arousa. Hace hincapié en que no hay ningún vuelo desde ninguno de los tres aeropuertos gallegos que dé prioridad a los productos frescos, lo que provoca que con frecuencia se queden en tierra uno e incluso dos días hasta que haya sitio en la bodega del avión, ya que lo primero son los equipajes.

Para subsanar este déficit de comunicaciones con las islas, los comercializadores de marisco fresco se ven obligados a enviar el producto por carretera hasta Madrid, y muchas veces tampoco así pueden cumplir los plazos pactados.

Para dar a conocer la situación, Agacomar ha pedido la intermediación de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), que ya ha remitido sendas cartas a los presidentes de la Xunta y de AENA, así como a la secretaria de Estado de Transportes. El presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, subraya que, sin desdeñar las pérdidas económicas, que son importantes, «existen otras que nos preocupan más, como es el daño que sufren la reputación y el prestigio de las empresas al no poder garantizar las entregas».

Recuerda asimismo que las empresas a las que representa Agacomar forman parte de uno de los sectores estratégicos de Galicia. «Si una parte de la cadena falla, no solo perdemos competitividad, perdemos también mercado, empleos y ventas. No podemos permitirlo».

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