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Mar exime a los pescadores del pulpo de colocar etiquetas en todas las nasas

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

Reduce a dos meses después de la veda el período con capturas más limitadas

01 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería do Mar ha atendido la petición de los profesionales que se dedican a la captura de cefalópodo de que se les aliviase de la carga de tener que etiquetar una a una las 300, 600 e, incluso 800 nasas que, dependiendo de su porte y zona de actuación, pueden llevar las embarcaciones que tienen autorizado en su pérmex la nasa de pulpo.

Los pescadores aducían que era un sinsentido tener que identificar cada trampa -con todo el trabajo que daba y las complicaciones que surgían cuando se pierde una marca y había que reordenar todas las siguientes, dado que los números de las etiquetas eran correlativas-, cuando el chip que obligatoriamente llevan en cada boya ya indica el número de nasas. Y una redundancia, además, porque para comprobar que en cada cacea hay las trampas que tiene que haber y no más, los guardacostas tenían que levantar igualmente la línea y contar una a una las nasas, tuviesen o no etiqueta.

Así es que, a partir del 3 de julio, cuando finalice la veda y los naseiros regresen al mar, ya solo tendrán que llevar las etiquetas con chip RFID integrado que facilitará la consellería para colocar en la boya, para cuya colocación Mar dictará instrucciones precisas antes de que regresen a la faena. Sin olvidar que los extremos de cada cacea deberán estar balizados de forma que se lea bien clara la matrícula y el folio de la embarcación, así como la letra N.

Verificar esta exención en el plan experimental para la gestión del pulpo con nasa que ayer se publicó en el Diario Oficial de Galicia (DOG) ha hecho respirar de alivio a los profesionales, pues había «dous tipos de control para a mesma cousa», apunta Basilio Otero, presidente de la Federación de Confrarías de Lugo. 

Cupos tras la veda

Pocos cambios más hay en el plan que recoge una veda de 45 días, en lugar de los 60 que pretendía la Administración. Cambia, eso sí, la duración del período después de la veda que se está con un tope de capturas más reducido que el resto de la campaña. En anteriores planes, una vez que la flota retomaba el trabajo se mantenía hasta noviembre una limitación de capturas de 30 kilos por barco y día, a lo que se sumaban otros 30 kilos por tripulante hasta un máximo de 210 kilos diarios. Ese cupo estará en vigor este año hasta finalizar agosto, con lo que ya en septiembre el límite ascenderá a 50 kilos por embarcación y día, más 50 por tripulante hasta un máximo de 350 kilos por jornada.

Régimen de calado, número de nasas, puertos autorizados para descarga... Todo prácticamente calcado a los anteriores. Incluso las sanciones son las mismas, pese a que hay cofradías que claman por un endurecimiento de las sanciones cuando se incumpla la talla mínima, que sigue situada en un kilo. José Manuel Rosas, patrón mayor de Bueu, es uno de ellos: «Non ao que traia dous ou tres pulpos pequenos no medio de 200, pero ao que traia unha cantidade respetable de polbo pequeno deberían amarrarlle o barco ata que se resolvese o expediente de infracción». Y demanda castigo para «quen colle e para quen compra», que no están libres de falta. «Ninguén corta o millo antes de que sala a espiga e, sen embargo, os mariñeiros, fanno», sentencia.