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España arriba a Bruselas con datos del impacto económico de los recortes

c. porteiro / e. abuín BRUSELAS, REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

OLIVIER HOSLET | EFE

Intenta sortear el inasumible tijeretazo de la merluza sur y jurel del Cantábrico

13 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La tijera vuelve a asomar la cabeza en Bruselas. Los 28 ministros de Agricultura y Pesca de la UE dieron ayer el pistoletazo de salida a las negociaciones de los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas del 2017 para el Atlántico y pintan bastos para dos de los stocks de mayor interés comercial para la flota gallega. La Comisión, amparada en informes y recomendaciones científicas, propone un tajo inasumible por España del 45 % para el jurel del Cantábrico y un 36 % para la merluza sur. 

La ministra de Pesca, Isabel García Tejerina, dejó claro ayer que no aceptará descensos que puedan poner en riesgo la sostenibilidad del sector. «Para estas especies, sobre todo la merluza sur, sería muy drástico alcanzar el rendimiento máximo sostenible (RMS) en el 2017. Pedimos un aplazamiento al 2018», subrayó. 

«Lo razonable»

La delegación española aterrizó en la capital europea con informes socioeconómicos debajo del brazo para abrir los ojos al comisario de Pesca, Karmenu Vella. «Creemos que lo razonable y lo sensible es que el objetivo del RMS no sea incompatible con defender los intereses socieconómicos de los pescadores españoles», sostuvo la ministra, que aspira a mejorar la cuota disponible para la flota en otras pesquerías como la del rape, las rayas y el gallo del sur. Un esfuerzo ingente para este último stock, que parte con un descenso del 26 %. 

¿Hay razones para el optimismo? En otro contexto, los recortes, una vez ajustados a la baja, serían asumibles, pero el corsé de la nueva política común de pesca (PCP) hace que el sector tiemble cada vez que ve aproximarse una bajada abrupta como la que se avecina. Las subidas del 54 % para el stock de rape en aguas ibéricas y del Cantábrico; del 2,8 % para la merluza del norte y el 7 % para el jurel en aguas al sur de Fisterra no convencen a España, que pide a Vella y a sus socios «sensibilidad» hacia las demandas de la flota.  

Otro de los debates que está sobre la mesa es qué hacer con las denominadas «especies de estrangulamiento». La flota española denuncia que el escaso margen de capturas del que dispone para ciertas especies, como el eglefino o el bacalao, les asfixia y les obligará a paralizar la actividad en pesquerías, principalmente la de la merluza, cuando en puerto detecten que han superado el cupo máximo. Antes las podían descartar, ahora deben desembarcarlas. La ministra Tejerina aboga por dotar al sector de flexibilidad interespecie: «Pedimos un intercambio entre algunas especies para las que no hay cuota o la cuota es muy pequeña y otras en las que España tiene más holgura y margen de maniobra», aseguró. 

Reparto desigual

Bruselas reconoce que existe un problema y busca a toro pasado una solución. No hay a estas alturas un mecanismo que compense la escasez de cuotas, su reparto desigual entre países en base al criterio de estabilidad relativa y la estricta prohibición de los descartes. La situación llevó en el 2014 a una situación paradójica y es que mientras Galicia desguazaba barcos con fondos europeos, Francia despilfarraba cuota de rape (6.000 toneladas) y merluza. Lo mismo Dinamarca que se dejó en el cajón 8.400 toneladas de cuota de bacalao, según cifras de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi).

Barcos del cerco afirman que no podrán sobrevivir si se recorta el cupo de jurel

Ni el 45 % que propone Bruselas, ni el 23 % que plantean los científicos. La flota de cerco adscrita a Acerga (Asociación de Armadores de Cerco de Galicia) no podrá asumir «nin un quilo» de recorte en el cupo actual de jurel, asegura José Blanco, presidente de la entidad. Recuerdan que los 92 barcos de la agrupación se ven ya apretados y que no serán capaces de gestionar un virtual recorte. Por eso conminan a Tejerina que, si no trae para Galicia los mismos kilos de jurel, «que traia ben de cartos para desguaces».