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La flota esgrime el aviso a Tailandia para evitar que entre atún sin arancel

Espe Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

La conserva recaba apoyo político para elevar la cantidad libre de cargas

09 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Flota atunera e industria de transformación libran su particular guerra de los Rose a cuenta de los lomos de atún y la cantidad de ellos que deben entrar en la UE sin aranceles en los próximos dos años. La parte extractiva sigue en sus trece con que no debe entrar ni un solo kilo de ese producto sin cargas impositivas. La conserva, por su parte, se enroca en el argumento de que elevar el actual contingente arancelario de 22.000 toneladas a 30.000 es indispensable para poder mantener los niveles de empleo actuales.

La transformación va camino de ganar la batalla en el plano político. Al menos en Galicia. Representantes de Anfaco se reunieron ayer con diputados del PPdeG en el Parlamento de Galicia y respaldaron su petición de incrementar a 30.000 toneladas el contingente para los lomos de atún.

El portavoz popular de Pesca, José Manuel Balseiro, está a favor de que entren más producto sin cargas, dado que «a industria conserveira galega sería a gran beneficiada, ao gañar en competividade e crear as condicións favorables para manter e incluso mellorar os 12.000 empregos directos que esta industria xera en Galicia». Y avanzó que el próximo miércoles se debatirá la propuesta de pedir el incremento del contingente en la Comisión de Pesca del Parlamento. No hay que tener dotes adivinatorias para saber que se va a aprobar la iniciativa, pues esta lleva el sello del PPdeG, con mayoría en la comisión.

Ilegalidad y esclavismo

Mientras, la flota juega también sus bazas. Y ha recurrido, para defender su causa, a un argumento que suele emplear la industria cuando justifica que hay que cerrar las puertas del mercado europeo al atún que ya llega en lata: que Tailandia no lucha contra la pesca ilegal, que sus productos no cumplen los estándares mínimos higiénicos sanitarios y que, por encima, es laxa con las prácticas de esclavitud a bordo.

En este sentido, la tarjeta amarilla que la UE ha enseñado a Tailandia por pesca ilegal, con la advertencia anexa de bloquear la importación de sus productos, ha venido al pelo a la patronal pesquera, que ve así reforzados sus argumentos para exigir que se elimine la posibilidad de importar con arancel 0 atún de países con los que no hay pactos preferenciales. Cierto que el contingente es para los túnidos de cualquier procedencia, pero, en la práctica, los que entran en España son del sudeste asiático. Según Cepesca, de las 10.321 toneladas de lomos que se importaron el año pasado, el 56 % venía de Tailandia, el 18,7 % de China, el 15,45 % de filipinas, el 5,76 % de Indonesia, el 3,99 % de Vietnam y el 0,11 % de Maldivas. La flota reitera que hay materia prima para garantizar el suministro en cantidad, calidad y a precios competitivos. Por eso «la sociedad no puede permitirse consumir atún de bajo precio para satisfacer la presión de las grandes superficies a cambio de pesca ilegal y hasta prácticas de esclavismo laboral», dice Javier Garat, secretario general de Cepesca.