Más de un centenar de personas acudieron anoche al cementerio de Roupar para homenajear a la niña
16 jul 2019 . Actualizado a las 11:21 h.Amigos, vecinos y familiares del padre de Desirée Leal, la niña de siete años presuntamente asfixiada por su madre con una almohada, rindieron este lunes un emotivo homenaje a la pequeña fallecida porque era el día en que cumpliría 8 años.
El acto, que consistió en la lectura de un manifiesto por parte de su padre, José Manuel Leal, y en la suelta de decenas de globos de color azul, tuvo lugar en el cementerio de Roupar, en Xermade, donde está enterrada la pequeña. «Hay dos palabras que se llaman empatía y solidaridad, y por desgracia no son muy conocidas en nuestra sociedad. Cualquiera que tenga hijos puede hacerse una idea de lo que puede suponer que se los arrebaten», dijo José Manuel Leal durante la lectura del texto.
El padre de Desirée vestía, al igual que la mayoría de los presentes, una camiseta con un corazón azul y un unicornio (el color y el animal preferidos de la pequeña), e indicó que sería la indumentaria que su niña habría escogido para él. «Esta es muy bonita, ¿verdad, papá? Esto me diría mi niña», recordaba José Manuel Leal, que se encontraba visiblemente afectado.
Apoyo a nivel nacional
El padre de la pequeña Desi agradeció a todos los presentes su apoyo y cariño, y también a todas las familias de España, que mediante un vídeo editado y montado por un policía local de Logroño, Salvador Martí, que está al frente del Proyecto Alexia (creado para la defensa de los niños) le mostraron todo su apoyo. «Agradecer de todo corazón a Salvador su gran trabajo con el proyecto Alexia Enséñanos, que funciona gracias a esos sentimientos de empatía y solidaridad y que pretende contribuir con su grano de arena a que a ningún padre o madre le vuelva a pasar algo parecido», indicó Leal, que recordó las palabras de este policía local. «Trabajar con niños en diferentes colegios es un privilegio para él», señaló.
El acto de homenaje, que contó con la presencia de cerca de un centenar de personas llegadas de varias partes de Lugo y A Coruña, comenzó a las ocho de la tarde y terminó sobre las nueve. Todos los presentes guardaron dos minutos de silencio en señal de duelo.
