¿Dónde se puede aparcar en Vilalba?

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

El centro sigue concentrando el estacionamiento pese a la creación de zonas para aparcar

04 jul 2023 . Actualizado a las 16:42 h.

¿Dónde se aparca en Vilalba? La capital chairega cuenta con un aparcamiento subterráneo desde hace décadas, dispone de zonas de estacionamiento al aire libre y tiene varias calles reguladas con zona azul desde hace meses. ¿Conclusión? Los hábitos de los conductores parecen variar poco, como se pudo comprobar en la mañana de este martes.

El aparcamiento subterráneo de la plaza de la Constitución tiene capacidad para albergar unos cien vehículos. Este martes a mediodía no estaba ni a la tercera parte de su ocupación. Ni siquiera las obras en la cercana rúa da Pravia, que por esos trabajos se ha quedado sin plazas de estacionamiento, hacía aumentar la presencia de coches en el céntrico párking.

En este mandato se habiitó un aparcamiento al aire libre en la rúa das Pedreiras, cerca del Auditorio. La idea ya surgió en el anterior mandato, siendo alcalde Agustín Baamonde, pero no se ejecutó hasta el actual, con Elba Veleiro al frente del Concello. El estacionamiento tiene una superficie de 2.300 metros cuadrados, aunque ni la extensión ni la cercanía a la zona vieja parecen capaces, al menos por ahora, de incrementar su uso. Solo 16 coches estaban aparcados en la mañana de este martes.

Los conductores que dejen sus vehículos en ese terreno pueden acceder al centro por la plaza de Santa María. La peatonlización de la calle y la prohibición de aparcar estuvieron presentes en debates plenarios de hace años, aunque la presencia de turismos sigue siendo habitual en ese lugar.

En el penúltimo mandato, estando Gerardo Criado al frente del consistorio, se habilitó una amplia zona de aparcamiento al aire libre cerca del estadio Roca y del centro de salud, con entrada por las calles Benxamín Paz y Cospeito. Casi una hectárea de extensión (8.000 metros cuadrados) da una idea del amplio número de turismos que pueden estacionar, aunque la superificie también parece inversamente proporcional al uso: 30 coches estacionados en la mañana de este martes.

Tampoco el cercano campo de la feria logra llenarse en días de mercado. Este martes, pasado el mediodía, no llegaba al medio centenar el número de turismos aparcados.

La zona azul se implantó hace meses en varias calles del centro urbano, concretándose así una idea que se había expuesto en años pasados y se había debatido en plenos sin llegar a concretarse.

Funciona de lunes a viernes, de nueve de la mañana a dos de la tarde, y su creación se explicó como una manera de agilizar la presencia de coches en algunas zonas, evitando que algunos pasasen horas en el mismo lugar e impidiesen el estacionamiento de otras. Toda la rúa da Pravia, Plácido Peña (hasta el cruce con la calle As Pontes), Campo de Puente (hasta el cruce con Domingo Goás) y Chao Ledo (hasta el cruce con la calle Guitiriz), así como el párking subterráneo, son las zonas donde se implantó.

En calles como Plácido Peña o Campo de Puente, que tienen una importante oferta comercial y de servicios, la presencia de coches estacionados sigue siendo importante 

Paneles

Por otro lado, el Concello ha colocado varios paneles informativos en el casco urbano para explicar el tiempo necesario para cubrir diversos itinerarios a pie. Así, de la plaza de Suso Gayoso al albergue de peregrinos, situado en el polígono de Sete Pontes, hay dos kilómetros, que se pueden cubrir en 24 minutos. Del centro de salud al pabellón polideportivo municipal hay 300 metros, y bastan cuatro minutos para realizar el trayecto.

Son algunos ejemplos de una apuesta por los desplazamientos a pie, una idea que recalcó varias veces en este mandato el concejal de Infraestruturas, Luis Fernández.

Cambios

En este mandato, además, la rúa da Pravia dejó de tener doble sentido de tráfico. Los turismos ahora circulan de la plaza de Suso Gayoso hacia Campo de Puente y Plácido Peña. La decisión fue duramente criticada por el PP y generó además rechazo popular, hasta el punto de que se organizaron caravanas de coches y caceroladas para expresar ese malestar. Las protestas, de todos modos, no hicieron variar la idea del gobierno local.