Un centenario al volante, uno de los pocos casos que existen en España

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

VILALBA

Ramón Fernández, vilalbés de cien años, al volante de su Peugeot junto a su pareja, María.
Ramón Fernández, vilalbés de cien años, al volante de su Peugeot junto a su pareja, María. cedida

El vilalbés de cien años que falleció en un accidente era una anécdota casi única. Los mayores lucenses, obligados a usar el coche en muchas ocasiones

01 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lugo es la tercera provincia de España con mayor porcentaje de población que supera los 65 años, solo por detrás de Ourense y Zamora. Como el resto de ciudadanos, estos lucenses tienen que desplazarse habitualmente para ir al médico, visitar a la familia o ir a la compra. Sin embargo, varias características de la provincia hacen que, en muchas ocasiones, no les quede otra opción que utilizar el coche para moverse, incluso cuando su edad es ya muy avanzada.

El caso de Ramón Fernández, un vilalbés de cien años que falleció al volante de su coche este miércoles, conmocionó a los vilalbeses. Según fuentes cercanas a la investigación, pudo ser un error humano al incorporarse a la carretera LU-120 desde un desguace situado en la parroquia de Árbol el detonante de la colisión fatal.

Fueron muchas las voces que expresaron su sorpresa al conocer el suceso. Sobre todo, por la edad de la víctima, uno de los pocos centenarios que conducían habitualmente con esa edad ya cumplida.

Lo cierto es que hay pocos casos documentados en la actualidad. Destaca la figura de un vecino de León, que todavía se subía con asiduidad a su coche, pero para recorrer distancias cortas. Falleció en el año 2019, con 102 años, cuando todavía se sentía con fuerzas para ponerse al volante de un vehículo.

En Galicia, el último caso que se recuerda es el del carballés Manuel Rey, que falleció poco después de cumplir su centenario, también en el año 2019. «Además de por su veteranía y por su buen porte —siempre vestía de punta en blanco—, Rey fue en varias ocasiones noticia por ser el conductor más veterano de Carballo: no en vano, el pasado marzo, cuando su familia le celebró el centenario cumplido el día 6 de ese mes, todavía lo seguía haciendo», relataba La Voz en la noticia de su fallecimiento.

Los casos de, sobre todo, varones que continúan al volante más allá de los 90 años no son tan excepcionales, pero hasta los agentes de la Guardia Civil que acudieron al accidente del vilalbés se quedaron perplejos al comprobar que contaba con cien años y casi cinco meses de vida.

En Lugo, casi una obligación

Lo cierto es que la provincia de Lugo no es demasiado amiga del transporte público. Sobre todo, en el rural. Para la gente que vive en las aldeas más remotas de la provincia, los trenes, autobuses o taxis son una opción prácticamente inviable para ejecutar sus labores cotidianas. Ir al médico, a la compra o a ver a la familia se vuelve un desafío para aquellos que viven lejos de las ciudades.

Muchos de los afectados por la dispersión del rural son personas de avanzada edad, en muchos casos cercanas a los cien años, y que se ven casi obligadas a desplazarse en sus coches para cualquier tarea que no puedan hacer cerca de sus domicilios. Si su estado psíquico y físico no es el adecuado, conducir se convierte en un gran riesgo que pone en peligro sus vidas y las de los demás.

Las autoridades de Lugo instan a que sean los familiares de las personas mayores quienes analicen si sus padres y abuelos están en condiciones de coger un coche. Más allá de los 85 años, comentan desde Tráfico, las facultades se suelen ver seriamente mermadas.