La alameda de Vilalba, un pequeño pulmón verde con algunos achaques

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

En la alameda de Vilalba hay castaños de Indias y pravias
En la alameda de Vilalba hay castaños de Indias y pravias PALACIOS

Los árboles del centro vilalbés acusan los efectos de malos cuidados

07 feb 2022 . Actualizado a las 19:24 h.

La alameda de Vilalba va camino de los sesenta años y se le notan algunos achaques. Su creación, que tuvo lugar a comienzos de la década de los sesenta, dio el aspecto actual a la zona comprendida entre la plaza de la Constitución, que entonces era la parte inferior del campo de la feria, y la rúa da Pravia. Antes, de todos modos, ya había árboles en esa parte de la villa.

Ese campo de la feria desapareció a principios de los ochenta. El recinto ferial se había trasladado a finales de los sesenta a su actual emplazamiento, cerca del estadio Roca; en la parte alta se construyó la nueva casa consistorial, y en la inferior se proyectó una gran plaza que llevaría debajo una estación de autobuses: el plan acabó cambiándose, pero fue el origen del actual aparcamiento subterráneo.

En contraste con la abundancia de terreno pavimentado en ese nuevo espacio, que llegó a merecer el poco agraciado nombre popular de plaza del cementón, la alameda nació como zona arbolada y así se mantiene, aunque en sus casi sesenta años no le han faltado problemas de salud ambiental. Los achaques se mantienen, y episodios vividos en años pasados muestran que quizá la planificación y los cuidados no han sido los más adecuados.

A finales del 2010, por ejemplo, se taló uno de los castaños de Indias cercanos a la rúa da Pravia. La presencia de un hongo, Armillaria mellea, fue citada como causa de una enfermedad que no pasó indiferente en la capital chairega: hubo protestas y ciudadanas por haberse decidido la tala, que también criticó el PSOE, entonces en la oposición. En la alameda hay ahora castaños de Indias plantados en distintas épocas, aunque unos y otros se alzan sobre una base de piedra. La hondura de las raíces, que buscan agua y nutrientes para la planta, causó en alguna ocasión la rotura de esas bases cilíndricas.

También hay pravias, plantadas en el lateral de la alameda donde hay una zona de juegos y estaba el edificio del casino, desaparecido hace décadas. Esos árboles están plantados a una altitud un poco mayor que los castaños de Indias y parecen tener más tierra cerca de las raíces, pues no se han visto en la base problemas como los citados sobre los castaños de Indias. No obstante, han sido objeto de fuertes podas, hasta el punto de que se ve musgo en algunas ramas.

Imagen del olmo que se secó en la plaza de la Constitución
Imagen del olmo que se secó en la plaza de la Constitución PALACIOS

Hace casi seis años, en marzo del 2016, se talaron varios arces de la parte inferior de la plaza de la Constitución, cerca de la alameda. Fuese por falta de los nutrientes adecuados (hace falta nitrógeno, fósforo y potasio) para el crecimiento, de escasez de tierra para que se expandiesen las raíces o por otras causas, la desaparición de los árboles volvió a estar presente en el centro urbano de Vilalba, como ya había ocurrido a finales de los setenta y principios de los ochenta. Como recuerdo de una época pasada, en la parte alta de la plaza de la Constitución quedaba un olmo con triste final: se secó hace algo más de un año.

Una zona donde las plantaciones comenzaron al crearse el campo de la feria en el siglo XIX

La decisión de trasladar el campo de la feria a la actual plaza de la Constitución, alejándolo del entorno de la torre de los Andrade, fue tomada por las autoridades municipales en 1881, según recuerda el profesor Xosé A. Pombo, que en este periódico ha publicado numerosos reportajes sobre la Vilalba de finales del siglo XIX y principios del XX. Un año después, para dar sombra a esa nueva zona, se acordó la compra de castaños de Indias, completada luego con la adquisición de olmos y de pravias.

A punto de llegar el siglo pasado, en otros lugares de la capital chairega también se parecía notar interés por el medio ambiente a medida que la localidad crecía y se transformaba: por ejemplo, la inauguración de la iglesia parroquial, que tuvo lugar en 1893, fue acompañada de la plantación de acacias ante la puerta principal del templo, aunque se cortaron apenas veinte años después.

También había acacias en la rúa da Pravia, entonces calle Rodríguez de Viguri, que en aquella época simbolizaba el auge de Vilalba como lugar de paso y de incipiente actividad comercial; sin embargo, su final tampoco fue más feliz: cuando los años veinte tocaban a su fin, también acabaron taladas.

Andrés Basanta Olano, un vilalbés destacado

Andrés Basanta Olano fue alcalde de Vilalba entre 1891 y 1921, año de su muerte. Su importancia en la historia local no se limitó a su etapa al frente del consistorio, sino que también fue activo miembro de las comisiones que buscaban la construcción de un hospital asilo. La obra se ejecutó, para lo que se contó con el decidido apoyo de emigrantes en Cuba. La alameda lleva su nombre, y la calle que pasa entre ese lugar y la plaza de la Constitución, el de su hijo Santiago Basanta Silva.