Hace 30 años, Vilalba compraba suelo para la nueva fábrica de Besnier

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

ALBERTO LÓPEZ

El Concello adquirió 25.000 metros cuadrados y las instalaciones crecieron después

15 dic 2020 . Actualizado a las 09:06 h.

La historia de Besnier en Galicia empezó en 1983: fue entonces cuando compró a Nestlé la fábrica que esa compañía tenía en Vilalba, en donde elaboraba quesos. Esa multinacional había adquirido años antes las instalaciones, montadas por el empresario local Luis Eimil. La inversión de Besnier fue de unos cien millones de pesetas (600.000 euros actuales) para adaptar la factoría, situada en la salida de la capital chairega hacia A Coruña y Santiago, al lado de la N-634.

Producir quesos para el mercado español y para la exportación era el propósito de Besnier, que a finales de la década tenía, entre el personal de la fábrica y el de distribución, una plantilla de casi cien personas. A punto de terminar 1990, en Vilalba continuaban las perspectivas de expansión. El Concello acordó en pleno la compra de una finca de 25.000 metros cuadrados para una nueva fábrica, para la que la empresa también adquirió terreno, y se comprometió además a gestionar ante la Xunta la construcción de una depuradora. Los terrenos estaban en Sancovade, cerca de la carretera LU-120 (Vilalba-Paraxes), y en la adquisición invirtió el Ayuntamiento unos 15 millones de pesetas (90.000 euros actuales).

La expansión implicaba también una diversificación de la actividad, puesto que la nueva planta se dedicaría al envasado de leche UHT. Como había ocurrido al comprar la factoría de Nestlé: la abundancia de materia primera en una comarca rica en ganadería era una de las causas que explicaban esa decisión. La adquisición se cerró definitivamente en febrero de 1991. No obstante, la decisión no impidió algunas dudas sobre la ejecución, pues la empresa llegó a supeditar la obra, que supondría una inversión cercana a los mil millones de pesetas (seis millones de euros hoy), a ayudas de la Xunta.

Las incertidumbres no lograron frenar el proyecto, y las instalaciones se construyeron. Al mismo tiempo que aumentaron la superficie y la fabricación, creció la presencia social: por un lado, la firma colaboró en la vida local -por ejemplo, patrocina al Racing Vilalbés-; por otro, fueron reiteradas las críticas de la oposición municipal, formada por socialistas y nacionalistas, a los problemas de vertidos, sobre todo a los causados en el río Magdalena por la primera fábrica: la cuestión motivó, a comienzos de los noventa, duros enfrentamientos plenarios con el gobierno local, en manos del PP.

El aumento de la actividad en Vilalba no ha parado en este siglo, aunque con la planta inaugurada en los noventa como única sede. En el 2013 se inauguró un almacén robotizado, con una inversión de once millones de euros; en noviembre de este año se anunció que la fábrica, cuya plantilla es de 150 personas, había sido elegida para elaborar un nuevo tipo de leche semidesnatada.

La compañía, creada en 1933 por André Besnier, cambió su nombre a Lactalis en 1999, y su crecimiento en Vilalba no fue la única muestra de expansión en España: Lactalis compró en el 2010 Puleva, por la que pagó unos 600 millones de euros, con lo que pasó a tener otra fábrica en la provincia, la de Nadela.