Un deporte contra la prehistoria en Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

En el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba (Mupav) se exponen piezas halladas en Pena Grande
En el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba (Mupav) se exponen piezas halladas en Pena Grande ALBERTO LÓPEZ

La escalada en Pena Grande puede dañar la zona investigada hace décadas

17 ago 2020 . Actualizado a las 20:35 h.

El pasado arqueológico de Vilalba está amenazado; pero el futuro del pasado arqueológico vilalbés también sufre amenazas. La realización de prácticas de escalada en el yacimiento de Pena Grande, situado en la parroquia de Santaballa, puede causar importantes daños a una zona en la que se realizaron excavaciones hace ya unos cincuenta años.

Como ya informó el pasado viernes este periódico, a ese lugar acuden periódicamente aficionados a la escalada, lo que dio pie a sendos avisos trasladados por Mariña Patrimonio y por el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba (Mupav) a Patrimonio y al Servicio de protección de la naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. «La escalada puede dañar la zona ya excavada y provocar que se pierdan datos», dijo este lunes el director del Mupav, Eduardo Ramil.

En Pena Grande -un abrigo que estuvo habitado hace más de 10.000 años, al final de la Edad del Hielo- realizó excavaciones José Ramil, médico de inclinaciones humanistas que sería fundador y director del museo de la capital chairega. Objetos que se hallaron en aquellas investigaciones pioneras se guardan actualmente en las salas del Mupav.

Entre quienes practican escalada es habitual el uso de magnesio, que se utiliza para reforzar la sujeción en las manos. Esa práctica es dañina para la piedra, según advirtieron la semana pasada el presidente de Mariña Patrimonio, Manuel Miranda, y el director del museo vilalbés, Eduardo Ramil. Este recalcó este lunes, además, que la escalada, con las caídas de los practicantes sobre el suelo, puede afectar a la zona de las excavaciones de hace décadas. Aunque suele emplearse una colchoneta para atenuar el impacto, la repetición de golpes puede resultar perjudicial, puesto que la escalada se lleva a cabo muy cerca del escenario de las primeras investigaciones.

Como ya había manifestado la semana pasada, Miranda consideró conveniente que se instalase algún tipo de indicación sobre la prohibición de ciertas prácticas en esa zona. «Creo que un carteliño non sobraría», afirmó el presidente de Mariña Patrimonio, que destacó que esa medida no supondría un coste elevado para ninguna administración y podría frenar los intentos de algunos de practicar escalada en ese lugar. Ramil, por su parte, sostiene que el respeto a yacimientos como Pena Grande debe estar por encima de la presencia de carteles. «Es cuestión de ciudadanía y de comportamientos», aseguró.

El terreno del yacimiento acabó cedido al Concello a principios del 2018, después de que la presión política y social hubiese logrado frenar la venta en subasta prevista por el Ministerio de Hacienda unos meses antes. La superficie había quedado sin dueño conocido tras la concentración parcelaria de la parroquia de Santaballa. Miranda insistió ayer en la importancia de aprovechar ese espacio con fines de divulgación y de investigación. «O necesario é aproveitar o valor histórico do xacemento», manifestó, al tiempo que resaltó las posibilidades que ofrecería su promoción.