«Con esta crise estou comezando a ser máis empresario ca nunca»

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

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Daniel Pérez, fabricante de queso de Vilalba, espera que pronto recupere con garantías la venta en ferias agroalimentarias

03 jun 2020 . Actualizado a las 21:52 h.

Daniel Pérez afirma que está familiarizado con el mundo de las ferias y de los quesos desde los cinco años. Con tan corta edad bajaba de San Simón da Costa a Vilalba con su abuela, que vendía quesos en días de feria y de mercado. Unos 30 años han permitido al queso pasar de actividad poco más que tradicional a medio de vida de pequeños empresarios y a producto conocido dentro y fuera de España.

Como otros con los que comparte origen y una edad más o menos aproximada, Pérez representa el relevo después de que la generación anterior hubiese convertido la fabricación de queso en una actividad estable. También muestra el perfil de los que no se limitan a la fabricación de queso de San Simón da Costa. En su caso, inició hace años la elaboración de queso de pimentón, ingrediente que se incorpora a la masa para darle un sabor distinto.

Admite que este queso no gusta a todos, pero sí recalca que gusta mucho a un determinado grupo. «Ten o seu mercado, reducido pero fiel. O que o compra sempre o quere ter», dice. Se elabora con un único tamaño, piezas de 900 gramos, y con un volumen que puede parecer reducido, unas 7.000 piezas al año. Pérez, sin embargo, subraya que el queso tiene una clientela variada: «Cómprao xente de todos os lados. É moi apreciado», afirma.

Los variados destinos del queso son hasta cierto punto consecuencia de la variedad de formas de venta y de distribución ensayadas. Pérez manda la promoción a pequeñas tiendas y a grandes cadenas y acude a ferias agroalimentarias de toda España: son certámenes que se celebran una vez al año y que en este 2019 quedaron bruscamente interrumpidos por el covid-19 y por el estado de alarma.

Van más de dos meses de interrupción en ese campo: la última cita a la que acudió fue la feria del queso de Arzúa, una de las más antiguas de Galicia. Falta por concretar cuándo y cómo se reanudará la actividad. «Quero manter os postos de traballo. Pero como vou vender?», explica sobre las incertidumbres de esa parte de la distribución.

Pérez recuerda que observó, a finales de la pasada década, detalles que alertaban de una crisis: estando en Estepona (Málaga) en una feria, vio una importante cola ante una oficina del INEM. Esa recesión lo cogió casi en su estreno al frente de la quesería, pero no con graves daños. Ahora, en cambio, la situación ha sido inesperada y ha obligado a reaccionar con rapidez. «Con esta crise estou comezando a ser máis empresario ca nunca», afirma.

No cree que el consumo vaya a sufrir un gran golpe, ya que, dice, en las semanas de reclusión más dura no hubo un gasto desmedido. «Se se toman medidas, a crise económica non ten por que ser profunda. O diñeiro non desapareceu. Eu, no confinamento, aforrei», explica. También admite que una marca como la suya, en la venta a tiendas y por Internet y en la asistencia a ferias del sector agroalimentario, tiene una fama que los clientes aprecian.

Ese prestigio en el mercado casi le hace olvidar el minifundio «puro e duro» que soporta una explotación de ganado vacuno como la suya, con terreno que se reparte entre más de cien fincas, propias y alquiladas. ¿Desánimo? Muy poco. Más bien ganas de luchar. «É o noso xeito de vida», proclama.