El cierre de locales conocidos de la villa coincide con los planes de instalación de algún otro nuevo negocio
01 nov 2019 . Actualizado a las 22:49 h.Carteles que anuncian liquidación por un próximo cierre y carteles que informan de próximas aperturas. El que camine por la rúa da Pravia, simbólica calle comercial de Vilalba, encontrará esos mensajes, en los que los adioses alternan con las despedidas y en los que la desaparición de nombres conocidos del comercio local convive con la transformación de otros, abiertos hace poco y convertidos ya en parte de la imagen urbana.
Un recorrido que empiece en la plaza de Suso Gayoso tiene un inicio marcado por los cierres. Hace meses murió Ramón Paz, lo que representó el final de un establecimiento que había funcionado durante décadas: comenzó como ultramarinos, aunque con los años fue orientándose también a objetos de recuerdo. Siguiendo la acera impar, Casa Gayoso y Casa Anduriña son negocios todavía abiertos, en tanto que la Librería Segrel tiene en su fachada carteles que informan de la liquidación de existencias, paso previo al cierre definitivo.
Hace casi dos años que cerró Lambuxos, conocida tienda de golosinas que también estaba instalada en la parte inicial de los números impares. En esta acera y en la otra se conserva el perfil bancario de la calle: el BBVA y Abanca están en la acera impar, y CaixaBank y Caixa Geral, en la par. Al final del tramo impar, en edificios pegados, tienen sus respectivas oficinas el Santander y el Sabadell.
También la hostelería se ha visto afectada recientemente por los cambios, pues el Villa Alta, abierto en la pasada década, cerró hace meses la cafetería, si bien sigue funcionando el hostal. En el mismo edificio se registra una de las novedades de meses pasados, con un cartel que informa de un despacho de abogacía. Continuando por la acera par, muy cerca de ese inmueble está otro proyecto de futuro en esta calle tan comercial, la apertura de un centro auditivo.