Vilalba, ejemplo de unas instalaciones adaptadas a los nuevos tiempos

La Voz

VILALBA

CEDIDA

31 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El puesto de la Cruz Roja de la capital chairega se construyó, a mediados de los años ochenta, en la que misma zona en la que antes había unas instalaciones más reducidas. El local se levanta junto al antiguo trazado de la N-634, al lado del polígono de Sete Pontes.

Siendo Vilalba una cabecera de comarca y un nudo de comunicaciones, no hay duda de la necesidad de un servicio de ese tipo que se sentía hace 30 o 40 años. Pero en el caso de la capital chairega, además, la Cruz Roja se convirtió, ya entonces, en un elemento más de la sociedad local. Entre sus primeros presidentes estuvo el fallecido José Apenela, cuya presencia en entidades vilalbesas aparece también en el patronato de la Fundación Hospital Asilo o en el Centro Cultural e Recreativo. El puesto llegó a estar atendido por unas dos docenas de jóvenes y las ambulancias recorrían al año más de 50.000 kilómetros.

En la década de los noventa se construyó la circunvalación de la N-634. Con el siglo XXI llegaron el nuevo trazado de la carretera de Ferrol (LU-861), la autovía que enlaza con la ciudad departamental (AG-64) y la transcantábrica (A-8). El tráfico se alejó del centro urbano, la asistencia en carretera fue asumida por otros organismos, y la supresión del servicio militar hizo que a la Cruz Roja ya no llegasen jóvenes que lo cumplían o que realizaban la prestación social sustitutoria.

Lo que en otros lugares podría haber sido sinónimo de decadencia aquí fue más bien el comienzo de una nueva etapa. Así, colabora en campañas de todo tipo, desde la recogida de juguetes que se realiza en Navidad hasta cursos que organiza el Concello y que esta entidad se encarga de impartir en parroquias de la zona rural. En febrero, por ejemplo, comenzó una nueva temporada de entidades.

La cobertura en acontecimientos sociales y deportivos, que ya estaba presente en los inicios de la agrupación local, todavía se mantiene.