Las dos perras abandonadas, el triste final de una granja de cerdos cerrada

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

PALACIOS

El estado de las instalaciones, situadas en Vilalba, acabó causando críticas vecinales

20 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una finca dedicada a la cría de cerdos de la raza porco celta, situada en el término municipal de Vilalba, acabó entrando en una situación de abandono que terminó con la recogida de dos de las perras. Una fue trasladada al centro hospitalario Rof Codina, de Lugo, mientras que la otra iba a ser enviada a las instalaciones de una protectora en la capital chairega.

Hace meses, la parcela -situada en la parroquia de Lanzós, a poco más de cien metros de la carretera que va de Vilalba a Muras- comenzó a ser usada por una persona de fuera del municipio para la cría de cerdos. La finca, conectada con la citada carretera por un camino, está cerrada por una valla, y cuenta con una parte al aire libre y con una construcción.

Según informaciones de vecinos, el número de animales que se criaban nunca llegó a ser elevado. Las perras no solo estaban en la finca, sino que también era habitual verlas por lugares próximos. De hecho, una de ellas fue alcanzada en días pasados por un coche, aunque el accidente no tuvo gravedad. La conductora del vehículo resultó ilesa, y el animal sufrió solo algunas heridas que acabaron causando su recogida y su posterior traslado al citado hospital de Lugo.

El abandono de la finca se terminó por notar también en las dos perras, que llegaron a ser alimentadas por vecinos. Sin embargo, en el Concello de Vilalba también se recibieron quejas vecinales, formuladas por personas que mostraban su temor por la presencia de esos animales y por posibles daños que pudiesen causar.

Esa situación fue la que movió al Concello a intervenir. Personal municipal se trasladó a la finca, en donde ya no quedaba ningún cerdo. Lo que sí se observó fue la presencia de restos de animales, pues se vieron varios huesos que podrían pertenecer a unos seis o siete animales. La impresión obtenida fue que el responsable de las instalaciones se marchó -parece que aún acudía con cierta frecuencia hasta hace unas dos semanas- y se llevó los pocos animales que quedaban tras haber dejado que otros hubiesen muerto por desnutrición.

En la finca llegó a haber una tercera perra, aunque ya no estaba cuando personal municipal acudió al lugar. El concejal Amador Guerra manifestó ayer que el Concello había decidido intervenir para evitar algún accidente en el que las perras pudiesen estar implicadas y para evitar también algún posible problema de salud pública.

Mientras tanto, una situación similar se está dando actualmente en el vecino municipio de Xermade. La persona que inició la cría de cerdos en Lanzós comenzó esa misma actividad en terrenos situados en la parroquia de Lousada, aunque también acabó abandonándola. Quedan, no obstante, varios perros, que deambulan por la zona, lo que genera preocupación en varios algunos vecinos y ha llevado al Concello a estar pendiente de posibles incidentes.

En una parroquia de Xermade se da una situación similar, al quedar canes abandonados