Santos rescatados en Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

VILALBA

PALACIOS

La parroquia recupera un grupo pequeñas capillas que los fieles recibían en sus domicilios

25 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Se imagina alguien una capilla portátil? Aunque esa condición parece reservada a ordenadores o a teléfonos, imprescindibles en la vida actual, también la tenían capillas que iban de casa en casa y ante las que los fieles rezaban una oración. La costumbre aún se conserva en algunos lugares, mientras que en otros, como Vilalba, se hace más visible estos días tras haberse perdido.

Los trabajos de limpieza y de acondicionamiento de las sacristías de la iglesia parroquial han permitido encontrar una colección de 14 imágenes -santos de piedad, precisa el sacerdote Juan Pablo Alonso- que los vecinos de barrios o de calles se pasaban unos a otros. Abundan las imágenes de la Sagrada Familia (cinco en total) y del Sagrado Corazón (cuatro); pero también las hay de la Virgen de Fátima, de la Virgen Milagrosa o de San Antonio de Padua.

 Madera de castaño

Todas ellas están guardadas dentro de cajas de madera de castaño, protegidas por una puerta de doble hoja: cada caja tiene unos 70 centímetros de alto, unos 30 de frente y un poco menos de fondo. En la parte interna de las puertas de algunas todavía se ve la lista de vecinos que las recibían en sus casas, donde había un tiempo máximo de permanencia hasta llevarla a otro domicilio. Juan Pablo Alonso no sabe el momento exacto en que se construyeron las tallas y las cajas que las acogen, si bien supone que debió de ser en los años treinta o cuarenta del siglo pasado.

En la parte inferior de cada capilla hay una ranura en la que los fieles que las recibían en sus casas dejaban una pequeña limosna. El destino de esos donativos podía ser la parroquia en general, sin olvidar que en algún caso podían entregarse para un fin más concreto: Alonso recuerda que en la iglesia parroquial hay una imagen, la de san Antonio de Padua, en la que se dejan algunos donativos que van a parar a Cáritas.

Que haya imágenes de la Sagrada Familia no sorprende al cura, que explica que los fieles se identifican fácilmente con san José, con la Virgen y con Jesús. Incluso cita un dicho -«Xesús, María e Xosé, non fagades que perdamos a fe»- como muestra de ese arraigo popular. También hay una razón para que aparezca en varias capillas la imagen del Sagrado Corazón, pues se trata, dice el sacerdote, de una devoción muy enraizada en los comienzos del siglo pasado.

 Deterioro

Por ahora, pese a haberse Rescatado, no volverán al uso de antaño. Alonso argumenta que las capillas están algo deterioradas y que no aguantarían mucho tiempo. No obstante, afirma que la parroquia aceptaría que algún grupo de vecinos arreglase alguna o que alguien afrontase el coste de restaurarlas todas, y agrega que la costumbre de recibir la visita de las capillas en las casas no solo era una señal de devoción sino un gesto de conciencia de pertenencia a un barrio.

Abundantes objetos del culto y muebles procedentes del siglo XIX

Las obras de las sacristías empezaron con un presupuesto de 3.000 euros, que ya ha quedado superado. Pero no es solamente el apartado económico el que ha rebasado las expectativas, ya que Juan Pablo Alonso enumera una amplia y variada lista de objetos hallados al realizar los trabajos: cruces procesionales, hisopos, candelabros incensarios o cruces de mármol que se usaban en las misiones estaban en esa parte del templo parroquial. «Non se tirou, gardouse todo», dice Alonso, miembro de la unidad pastoral de la capital chairega, para explicar esa abundancia de piezas en la iglesia. Todo ese material se guardará de nuevo, mientras se pretende que el mobiliario clásico de las sacristías -del siglo XIX, matiza el cura- sea recuperado.