Juzgado por estafa un hombre acusado de cobrar en Vilalba 1.800 euros por un piso no entregado

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

VILALBA

La defensa intentó la suspensión del juicio por falta de un testigo

31 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Fracasado el intento de la defensa de que se suspendiese la vista por incomparecencia de un testigo que consideraba esencial, en la Audiencia Provincial ayer quedó visto para sentencia el caso de un hombre acusado de estafa por cobrar 1.800 euros en 2012 por la reserva de un piso en un edificio de Vilalba que no llegó a ser entregado. La fiscalía pide, por un delito de estafa, dos años de prisión para el acusado, mientras que la acusación particular incrementa la solicitud de condena a cuatro años, una multa de dos meses e indemnización de 6.000 euros.

El acusado, en su declaración, apuntó que los 1.800 euros que cobró, y de lo que queda constancia en documento privado, corresponden a su labor de gestión. Indicó que fue el cliente el que se echó atrás y decidió no proseguir con los trámites de compra que, dijo, se resumían en acudir al banco para asumir la hipoteca. Sostuvo que estaba capacitado para vender el edificio en su conjunto o por pisos. En este caso, se trataba de un ático.

Presentación

El denunciante dijo que al denunciado se lo presentaron en su día como un inversor que iba a comprar el edificio y le pidió, por el ático que pretendía adquirir, una señal. Le solicitó la declaración de la renta para tramitar el crédito. Indicó que posteriormente intentó contactar con el hoy acusado y no lo logró.

El denunciante vivía de alquiler en el mismo edificio en el que pretendía adquirir un ático. En ese momento estaba de baja por un accidente, en el que sufrió una descarga eléctrica. Cobraba entre 1.100 y 1.200 euros. Estaba separado y tenía dos hijos, uno de 9 y otro de 10 años.

Constructor

Uno de los testigos fue uno de los socios de la empresa constructora y promotora del edificio. Entre otras cosas, declaró no saber «cómo aparece aquí este señor vendiendo pisos». Este testigo es suegro de otro socio que estaba citado a declarar y que se encuentra en Canadá; su ausencia motivó que la defensa solicitase, sin éxito, la suspensión .

Tanto la fiscala como el acusador particular mantuvieron sus conclusiones. Para la fiscala el supuesto contrato privado «no es más que una ficción al servicio del fraude. Recordó que la empresa del acusado estaba en situación concursal cuando se produjeron los hechos. «Se advierte falta de buena fe en el acusado», indicó.

Por su parte, la acusación particular consideró que en este caso se dan todos los elementos del tipo penal que argumentó, y se refirió al documento privado como una factura y no como un contrato. «Está vendiendo lo que no es de él», afirmó el abogado de la acusación particular. Resaltó además que el demandante pretendía comprar su primera vivienda, y que la vivienda es un bien de primera necesidad. La defensa, por su parte, sostuvo que no hay pruebas de que el acusado tuviera intención de incumplir.