«Las parcelarias tenían que ser una asignatura aprobada hace décadas»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

Asegura que el mercado exterior es decisivo para el sector agropecuario

18 feb 2017 . Actualizado a las 14:06 h.

Eduardo Baamonde ha orientado su actividad profesional a la gestión de cajas de ahorro. Pero son cajas con una fuerte vinculación con el medio rural y él fue además director general de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España, por lo que constituye una persona indicada para analizar el sector agropecuario. Admite que tanto la Terra Chá en particular como Galicia en general han avanzado, aunque falta «avanzar en el valor añadido, para que el productor se pueda beneficiar».

-¿Cómo se debe de actuar para generar ese mayor valor añadido?

-En cierto modo, es responsabilidad de los ganaderos, de las cooperativas. Más que responsabilidad, es una estrategia. Galicia es una zona muy competitiva , y el propio sector, tanto en Galicia como en España, tiene que saber que por mucho que se mejore en la producción, las oportunidades están en la exportación.

-¿Puede el queso de San Simón da Costa marcar una pauta para el sector agropecuario?

-Los productos que tenemos en el sector agroalimentario en Galicia necesitan un valor que hoy no tiene, sobre todo hablando de internacionalización. El queso de San Simón da Costa ha sido un gran paso, que sería mayor si las empresas diesen otros pasos en la unión hacia la internacionalización.

-Hay cooperativas como Os Irmandiños y Feiraco que recientemente han dado pasos para unirse y crear entidades de más tamaño. ¿Es ese otro camino para seguir?

-Siempre he sido defensor de las cooperativas y del mercado organizado. Las cooperativas también tiene que afrontar retos: creo que se están dando pasos en la buena dirección; pero no solo hay que integrarse para aumentar la productividad o reducir los costes. Todo eso está muy bien, pero quizá no es suficiente: si somos muchos vendiendo el mismo producto, lo que nos diferencia es el precio. Hace falta una integración de los últimos eslabones de la cadena, como se ha hecho en el resto de Europa: Campina en Holanda, Arla en Suecia y Dinamarca...

-Las concentraciones parcelarias fueron noticia hace décadas porque se hicieron y lo son ahora porque están en marcha. ¿Son todavía pasos necesarios?

-Ya en los años ochenta me parecían necesarias. Hablar ahora de concentraciones parcelarias es como confesar que cuando se tenían que hacer, no se hicieron. Las concentraciones parcelarias tenían que ser una asignatura aprobada hace décadas. Eran necesarias para un aumento de la base forrajera: el que no tiene hoy una dimensión territorial adecuada difícilmente puede subsistir.

-La ganadería, sobre todo la del vacuno de leche, ocupa una gran parte del protagonismo del sector primario en las últimas décadas. ¿Queda todavía algo de espacio para la agricultura?

-Siempre hay espacio. Pero lo que no se puede hacer es aplicar el modelo de toda la vida y esperar resultados diferentes. Lo que resulta básico es el relevo generacional, que haya gente joven dispuesta a quedarse. Para que haya expectativas se necesita rentabilidad; y la rentabilidad es posible, pero quizá haya que hacer cosas que no se hicieron.

-¿Tiene futuro la agricultura?

-Galicia tiene calidad y capacidad para ofrecer un producto diferente; pero si el productor no se integra en las últimas fases, difícilmente se generará rentabilidad. ¿Por qué algún sector hortofrutícola de Holanda es dinámico? Porque el agricultor no solo produce sino que coloca directamente el producto en el mercado internacional. Hay que innovar; hay que diferenciar el producto, sobre todo en la transformación.