El despertar de cada mañana por el San Ramón

iván g. calaza / s.v. LUGO / LA VOZ

VILALBA

Brisas del Rañego era el único grupo musical que había en Vilalba en la época de la posguerra

31 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace algunos años a Vilalba no llegaban tales «panoramas» ni el presupuesto daba para actuaciones exóticas. Sin embargo, la diversión si existía, de manera diferente como es obvio. Eran los años de la posguerra donde lo que más preocupaba era la miseria en la que se vivía.

Por aquel entonces, ni Rouco Varela se había hecho cura. Era todavía un niño que asistía al pasacalles del día de San Ramón. Allí desfilaban los cabezudos y los gigantes al ritmo que marcaban los integrantes de Brisas del Rañego. Un grupo formado por tres o cuatro miembros -dependiendo de la época- que se encargó de animar a los vilalbeses y vecinos del entorno durante unos 20 años.

Ya poco queda de aquella época. Tan solo los recuerdos que sostiene José Rifón, el gaiteiro de Brisas del Rañego, y único integrante del grupo que vive en la actualidad. En sus inicios el grupo estaba formado por tres personas: Pedro que tocaba el bombo, José Rifón la gaita y Edelmiro que tocaba la caja. Por momentos llegó a haber cuatro integrantes con la participación de Paco, Fernando y Constante. A parte de Brisas del Rañego, la agrupación era conocida como «Cuarteto La Ostia» en honor a Pedro que tenía esa palabra muy presente en su vocabulario.

Brisas del Rañego eran los encargados de animar los festejos que se celebraban en Vilalba y en otras zonas del alrededor como el Santiago de Sancobade. La cita más esperada era el San Ramón dada la gran afluencia de público. El grupo también iba a tocar a los partidos del Racing en el estadio Roca. Recuerda José un día que actuaron cuando se produjo el hermanamiento de Vilalba con Quart del Poblet ante la presencia de Manuel Fraga. Acompañaron en el desfile a las falleras valencianas.

José Rifón nació en 1927 en Vilalba. Recuerda con nostalgia lo mucho que le gustaba tocar la gaita. «Un tío meu que marchou para Bos Aires tocaba a gaita e foi de quen aprendín sendo neno», confiesa José. Aunque advierte que tampoco se podía dedicar plenamente a la música: «Daquela non era coma hoxe, había moita miseria e había que traballar. Vívese mellor agora que antes». Rifón admite que la gaita era su debilidad: «sempre me gustou moito a gaita, pero agora xa non poido tocar por problemas de saúde».

José Rifón es el vivo ejemplo de la Vilalba de posguerra. A pesar de la miseria existente, los habitantes buscaban tener sus momentos lúdicos. Y Brisas del Rañego representaba esa diversión. Alrededor de veinte años poniendo la música por las calles de Vilalba.

Este año la historia se vuelve a poner de nuevo de moda. Los tradicionales cabezudos volverán a despertar a los vilalbeses en estos días de fiestas. Ya no estarán Brisas del Rañego, pero irán acompañados por sus herederos como Pandereteiras de Andrade, Entre Lusco e Fusco o la Banda de Gaitas Mato Vizoso.