Chorizos de casa de Triacastela, hechos con la receta de la abuela

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA TRIACASTELA / LA VOZ

TRIACASTELA

ALBERTO LÓPEZ

Yolanda y Miguel acaban de abrir una fábrica propia de embutido sin aditivos con las pautas de la abuela Delfina

13 nov 2021 . Actualizado a las 19:40 h.

Ni aditivos, ni químicos, ni procesos artificiales. Un embutido hecho como lo hacían las abuelas, de calidad y con sabor. Esa es la premisa con la que nació hace tres años Embutidos la Abuela Delfina, la marca de Yolanda Cela y Miguel Rubio, de Triacastela. Durante este tiempo trabajaron en instalaciones de alquiler, pero ahora acaban de estrenar su propia fábrica en su vivienda, en la aldea de Cancelo, para ampliar su mercado: «Cos procesos tradicionais innovamos produtos novos».

Yolanda Cela, que es de Sarria, se mudó a Cancelo tras casarse con su marido, Miguel Rubio, y se unió a su ganadería. «No 2006 xubilouse a súa nai e collina, daquelas había 17 vacas e agora temos 61». Pero como la explotación no era suficiente «e todos os nosos amigos dicíanos que se nos daba ben o do embutido, lanzámonos», cuenta Cela. Se les daba bien porque la receta ya la tenían aprendida. Es la de la abuela de Miguel, Delfina, de ahí el nombre de la marca: «Usamos o mesmo pimentón o mesmo tipo de sal e de especias e as mesmas cantidades». Además, la carne esta hecha únicamente para ellos. «Ao principio probamos con materia prima normal pero ás dúas probas xa tivemos claro que ese sabor non era o bo». Así que una ganadera sarriana alimenta a algunos de sus cerdos con cereal hasta que superan los 120 kilos, tal y como le marcaron Rubio y Cela.

Solo en tiempo de matanza

La receta de Delfina, por supuesto, no incluye ningún tipo de aditivos químicos y además, lo que Cela firma que más les diferencia, es que no utilizan secaderos artificiales sino que «os chourizos están curados con proceso natural de leña de carballo». «É o chourizo da casa». Tan de casa es que Cela y Rubio solo producen en época de matanza. «Facemos neste meses todo o traballo e no verán se sobra algo, véndese, pero no fabricamos», explica Cela. La empresaria afirma que notaron una demande embutido de calidad porque «cada vez se fan menos matanzas».

Los productos que ofrece Embutidos la Abuela Delfina van desde los chorizos, salados, panceta, botelos o cachola hasta alimentos únicos como solomillo embuchado o salchichón de jamón. Por su calidad y su diferenciación se venden de forma directa o en tiendas Gourmet y a través de Facebook Market.

«O rural é o mellor sitio para emprender»

Estrenar la fábrica en sus propias instalaciones debajo de su casa es un paso muy significativo para Yolanda y Miguel: «De alquiler non podíamos medrar porque non podíamos facer todo o que queríamos». Además, afirman que «os aires da montaña de Triacastela» ayudan a nivel productivo ya que hay un ambiente más seco, por lo que es mucho más fácil de curar para el chorizo. Así que ahora amplían su proyecto y también se asientan en su aldea, en Cancelo. Ambos se definen como apasionados por la vida en el rural y también por su trabajo, que va de sol a sol, compaginando la ganadería de 61 vacas con la fabricación de embutido.

«O rural é o mellor sitio para emprender, tes máis liberdade, e agora é o mellor momento porque as administracións están axudando bastante», explica Cela, convencida de que es mentira eso de que el rural no da arrancado. Cancelo es una aldea de apenas 12 habitantes, pero iniciativas como las de la Abuela Delfina «axudan a que isto non quede baleiro». Después de unos dos primeros años muy buenos y un año catastrófico con el coronavirus ahora esperan despegar con su nuevo proyecto. Ya están trabajando en una página web para la venta online y deseosos de volver a las ferias. «Gústanos vender cos mínimos intermediarios posibles porque nós polo noso produto temos un sentimento e iso axuda a vender, ademáis de que así se pode probar».