Paisajes de estepa fría y nieves perpetuas

La Voz

TRIACASTELA

20 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El Último Máximo Glacial fue una etapa particularmente fría de la última glaciación que se registró aproximadamente entre hace 26.500 y 19.000 años. Los estudios climáticos de ese periodo indican que en el norte peninsular las temperaturas medias anuales estaban entre 9 y 11 grados centígrados por debajo de las actuales. El límite de las nieves perpetuas y los glaciares se situaba a unos setecientos metros de altura.

El frío extremo provocó un empobrecimiento de la vegetación y de la fauna que hizo imposible la presencia humana en gran parte de Europa. El estudio de los pólenes fósiles indica que en el interior de Galicia predominaba un paisaje estepario con una vegetación muy pobre, formada básicamente por gramíneas y otras plantas herbáceas. Tan solo en algunas áreas donde las condiciones eran menos rigurososas -valles litorales y ciertas zonas bajas del interior- podrían existir manchas de bosque con una fauna más abundante y variada en las que las escasas poblaciones humanas encontrasen un refugio. El yacimiento de Valverde sugiere que la depresión de Monforte pudo ser una de esas zonas.

Vacío arqueológico

Una prueba de que la mayor parte del territorio gallego fue inhóspito durante ese período es que los investigadores no han encontrado hasta ahora ningún rastro de seguro de presencia humana. El único vestigio que se conoce de los inicios de esa época de máximo frío es un yacimiento de la cultura gravetiense localizado recientemente en Cova Eirós (Triacastela), con una antigüedad de unos 26.000 años. Después hay un vacío arqueológico de muchos millares de años, que indica que los grupos humanos se redujeron al mínimo. Según De Lombera, «las condiciones debieron de seguir siendo muy duras incluso después del Último Máximo Glacial, porque en Cova Eirós se pudo datar un nivel de suelo de 17.000 años y tampoco contiene piezas arqueológicas».