La última datación proporciona un importante punto de referencia a los arqueólogos, que en agosto emprenderán una nueva campaña de excavaciones en Cova Eirós. Los sondeos seguirán profundizando en el grueso depósito de sedimentos que conforma el suelo de la gruta y ahora alcanzarán un nivel situado a mayor profundidad que el que acaba de ser datado en 118.000 años, por lo que es de suponer que los materiales que aparezcan en lo sucesivo serán de etapas todavía más antiguas del Paleolítico.
Los investigadores no saben cuánto se podrá avanzar este año si siguen surgiendo materiales arqueológicos con la misma abundancia que hasta ahora. «Está apareciendo un número muy grande de piezas, lo que es muy interesante para la investigación, pero también hace que el trabajo resulte bastante más lento», comenta De Lombera.
Excavación ampliada
Por otra parte, como ya se informó anteriormente, este año está previsto ampliar considerablemete la superficie excavada en el interior de la cueva, hasta duplicar la superficie que se ha estudiado hasta ahora y cubrir prácticamente todo el suelo. Con esta estrategia, conocida como excavación en área, se pretende obtener más información sobre la etapa de transición del Paleolítico Medio al Paleolítico Superior, es decir, entre el neandertal y Homo sapiens.