En las nuevas condiciones, se establece que el local de Atención Temperá «debe ser destinado al uso exclusivo de carácter psicopedagóxico y estar situado a nivel espacial al margen de cualquier institución de carácter educativo, de no ser el caso quedará excluido de forma inmediata». Algo que descartaría directamente a la empresa que ya está prestando el servicio.
El alcalde de Sarria, Claudio Garrido declaró que se trata de «una guerra entre empresas» y que las bases fueron debidamente aprobadas por la junta de contratación. Su redacción parte de la concejalía de servicios sociales, de la que está al frente Benjamín Escontrela, que no respondió ayer a las llamadas de este medio para explicar los cambios.