Piden 9,5 años de cárcel para una pareja acusada de asaltar la casa de unos ancianos de Sarria

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

SARRIA

LA VOZ

La fiscalía dice que se hicieron pasar por policías, esposaron a la mujer y se llevaron mil euros y dos teléfonos

13 dic 2017 . Actualizado a las 14:29 h.

Un hombre y una mujer se enfrentan a peticiones del fiscal para cada uno de ellos de cuatro años y medio de prisión por robo con violencia y de cinco años por detención ilegal. Según el ministerio público, junto con otro hombre no identificado, el 21 de noviembre de 2013, haciéndose pasar por policías, entraron en la casa de un matrimonio de ancianos (él, enfermo de alzhéimer) en Arximil-Sarria, esposaron a la dueña, buscaron en algunas estancias y finalmente se llevaron mil euros, un teléfono móvil y otro inalámbrico. La anciana reconoció en las fotos a los ahora juzgados y lo hizo de nuevo ayer en el juicio celebrado en la Audiencia. Los abogados de las defensas basaron su estrategia en el hecho de que, en su opinión, no hay pruebas contra sus defendidos y que la acusación solo se basa en el reconocimiento de la anciana, que, según destacó uno de los letrados, tenían algunos problemas de visión.

El hombre juzgado ayer vive en Asturias, donde tiene un taller. En 2013 mantenía una relación con la mujer que se sentó con él en el banquillo. Los dos negaron su participación en los hechos que se les imputan, así como desconocer dónde se encuentra Arximil.

Según el ministerio público, los dos hombres que entraron en la casa llevaban algún objeto (placas) con el que pretendían dar verosimilitud a su afirmación de que eran policías. Una vez dentro de la casa, la mujer colocó unas esposas en una de sus muñecas y la otra en una de la anciana, mientras los otros buscaban en la casa.

El hijo de la asaltada estuvo en prisión durante varios años. Tenía dinero guardado (unos 60.000 euros; 120.000 según otra versión) en el gallinero de la casa de su madre. Según las versiones expuestas, se infiere que estaba en unas neveras de playa, en las que entró agua. Cuando trataron de secar el dinero, alguno se quemó y de nuevo, fue mojado. Para secarlo, lo metieron en un saco colgado en el gallinero.

Como testigo declaró una mujer que fue expareja del hijo de la dueña de la casa. La anciana se mostró convencida de que quienes entraron en su casa sabían cómo era. Su hijo dijo que días antes de producirse el robo, vio en el entorno de la casa de sus padres a dos hombres, que le resultaron sospechosos.

La representación legal de uno de los acusados preguntó a la dueña de la casa por qué tenía mil euros en casa; respondió que porque estaba a punto de pagar la compra y sacrificio de dos cerdos. Su pensión, dijo, asciende a 600 euros.