Cazando nubes de la mano de expertos

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

SARRIA

OSCAR CELA

Sesenta personas aprenden a interpretar las señales del cielo y a usarlas para crear

24 sep 2017 . Actualizado a las 14:15 h.

En la Granja Barreiros (Sarria), donde se celebra la tercera edición del Congreso Internacional de Observadores de Nubes, cualquier profano podía pensar que poco tenían hacia donde mirar los 60 participantes, en una mañana prácticamente despejada como la de ayer. El técnico de meteorología en AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) Rubén del Campo, uno de los ponentes, con un simple vistazo al cielo hizo las previsiones para hoy. «No tenemos muchas nubes -apuntó- y lo que estamos viendo son homogénicas, que son las que forman los aviones con su rastro por la humedad y los vapores». «Esto nos indica -añadió- que se está acercando un frente por el Atlántico que está asociado a este tipo de nubes».

Rubén del Campo, junto con Miguel Viñas, meteorólogo y comunicador, actual presidente de Acomet, la Asociación de Comunicadores de Meteorología, despejaron las dudas científicas de los asistentes. Viñas tituló a su conferencia «Luke Howard: el hombre que puso nombre a las nubes». Habló del farmacéutico inglés de finales del siglo XVIII, que se sirvió del mismo método que el naturalista sueco Linneo para clasificar plantas y animales con nombres en latín, aplicado a las nubes: cúmulus, stratus y cirrus. Fue más allá y estudió su dinámica.

«Las nubes -según el meteorólogo- más allá de la curiosidad, pueden aportar conocimiento». «Detrás de su estudio -añadió- hay mucha ciencia». Habló fundamentalmente de dos tipos: las que se extienden en horizontal, tipo estrato y las verticales o cúmulos. «El nimbo estrato -apuntó- son los cielos que va a haber mañana en Galicia y que traen lluvias, que son muy necesarias por la sequía».

OSCAR CELA

Rubén del Campo hablará esta mañana de fotometeoros y de los colores de las nubes, que van de una escala del blanco al gris, entre las que se entremezcla, a veces, el arco iris.

Primer centro de información

Ambos científicos están acostumbrados a que los inviten a congresos de su especialidad, la meteorología. Los dos reconocen que no tienen noticia de que se celebrara en ningún lugar del planeta una iniciativa similar a la de Granxa Barreiros, -que fue uno de los primeros centros de información meteorológica de Galicia- a la que ambos acudieron encantados. Miguel Viñas ya estuvo en otra de las ediciones.

El equipaje

Una hamaca para la observación, una prenda de abrigo por si refresca de noche, botas para pasear por el monte, mucha curiosidad y ganas de saciarla era el equipaje que sugerían los organizadores a los participantes en el congreso. Recomendaban también llevar cámara de fotos para poder inmortalizar momentos. Los asistentes les hicieron caso pero cambiaron las máquinas por los teléfonos inteligentes y, posiblemente, las tarjetas gráficas por el almacenamiento en la nube.

El encuentro, que se clausura hoy, se celebra en la Granxa Barreiros, en Sarria y asisten 60 personas, entre ellas un invidente, que ya no es la primera edición a la que acude desde el País Vasco, siempre acompañado de su hijo que le sirve de guía en la contemplación de las nubes.

Los congresistas tienen una media de cuarenta años y proceden de puntos tan distantes como Jerez de la Frontera o Sevilla, Valencia o el País Vasco.

Asunción Fernández Puente «Siña», la directora del Colegio Fingoi, que en la Granxa Escola Barreiros tiene una prolongación más lúdica de los esfuerzos académicos, reconoció que cuando empezaron en el año 2012 la intención era reunir a personas de diferentes disciplinas. El punto de encuentro serían las nubes que son fuente de inspiración para poetas, para pintores, fotógrafos -ella misma se movía por la granja con una cámara- en el cine y en la música.

En el congreso no todo son conferencias. Realizan paseos para cazar nubes, después de una siesta mirando al cielo y encuentros gastronómicos con una cocina a base de productos todos ellos de la granja. El menú de mediodía de ayer: tomates rellenos, pollo campero y helado de frambuesas.

Realizaron el paseo de los cianómetros, un instrumento que mide la intensidad del color del cielo azul, que creó el matemático Horace-Benédict de Saussure, en 1789. Y, para esta mañana, si los nimboestratos y el frente que se espera llegue del Atlántico lo permite, habrá vuelos en paramotor para acercarse físicamente un poco más a las nubes.