Comenzó en el mundo de la escultura hace una década cuando tuvo que jubilarse
08 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El caso del artista de la parroquia sarriana de Betote José Antonio Quiroga es evidente que se puede calificar como vocación tardía, ya que su relación con el mundo del arte comenzó hace una década cuando tuvo que jubilarse y determinó buscar una tarea para ocupar el tiempo libre que le quedaba. «Cuando empecé no sabía ni lo que era una gubia y poco a poco fui aprendiendo a base de quitar viruta. Si soy sincero tengo que decir que realmente desconozco los motivos por los que me inicié en el mundo del arte».
Lo que no se le puede negar a José Antonio Quiroga es su creatividad en todo lo que hace y la prueba es que una parte de sus obras están realizadas a base de hierro de las ruedas de los carros del país. «Considero que el reciclaje es la mejor manera para hacer esculturas y por eso decidí trabajar con chatarra y recuperar las ruedas de los carros para hacer arte».
La manera de separar el hierro de la madera de las ruedas es también original. «Lógicamente son ruedas que no sirven y el método que utilizo para quedarme solo con el hierro es quemar la madera en la que está clavado».
El resultado de usar una materia primera de un tamaño considerable hace que las obras que elabora con ellas sean gigantes. «No se puede maltratar la chatarra y por lo tanto si quito una rueda entera así va a ir colocada en la escultura, por eso algunos de mis trabajos se aproxima a los 4 metros de altura», explicó José Antonio Quiroga.
El hecho de trabajar con deshechos hace que su arte no sea bien comprendido por algunas personas. «Me hace mucha gracia que algunos me llamen chatarrero. Lo único que tengo que añadir a este respecto es que la chatarra también es arte», manifestó José Antonio Quiroga sin ocultar el orgullo que siente por sus creaciones.
El tamaño de sus obras hace que no resulte sencillo encontrar en lugar en el que exponerlas. «Las más grandes son de medidas muy grandes, por lo que la única opción es exponerlas en sitios públicos. Mi ilusión es tener algún día la oportunidad de presentarlas en el Museo do Pobo Galego, algo para lo que ya estoy haciendo gestiones y que considero que puedo lograr», dijo José Antonio Quiroga.
Títulos complicados
Su creatividad le ha permitido elaborar alrededor de unas setenta obras, pero lo curioso es que lo que más trabajo le da es ponerles un nombre. «Me cuesta mucho encontrarles el nombre adecuado y en ocasiones cuando lo logro se me olvida. La verdad es que lo más difícil de mi trabajo es buscar título a mis creaciones», dijo José Antonio Quiroga sin disimular una sonrisa.
Lo que asegura que no le agrada es representar el cuerpo humano en sus trabajos. «No soy de los que les gusta la anatomía, de hecho todos mis trabajos son de medidas asimétricas
Los interesados en conocer una buena muestra de su arte, además de acudir a su museo en la rúa Calvo Sotelo de Sarria, a su taller de Betote o al museo de la Panadería Pallares en el que tiene alguna obra, pueden acercarse al mirador próximo a la antigua cárcel en el que estarán durante unas semanas en la exposición de artistas del Camiño de Santiago en la Comarca de Sarria dos de sus grandes obras: Rompeceos y Derodas.
«Cuando empecé no sabía lo que era una gubia y aprendí a base de sacar virutas»
«Realmente desconozco los motivos por los que me inicié en el mundo del arte»