Evita entrar en prisión la dueña de una granja de Samos que explotaba a dos trabajadores sin papeles

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

SAMOS

Edificio de los juzgados de Lugo, en una foto de archivo, donde está previsto el juicio
Edificio de los juzgados de Lugo, en una foto de archivo, donde está previsto el juicio Alberto López

Un acuerdo entre las partes rebajó la pena, ya que la Fiscalía pedía tres años y medio. Los profesionales llegaron a decir que dormían entre ratas muertas

06 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vecina de Samos aceptó este viernes ser condenada a una pena de dos años de cárcel por un delito contra los derechos de los trabajadores. Según el escrito de la Fiscalía, que tanto ella como su defensa asumieron como cierto, la mujer explotaba a dos trabajadores colombianos en una granja de cerdos que tenía en la localidad lucense. 

La vista del juicio se celebró este viernes en el juzgado de lo penal número 1 de Lugo. Ambas partes se limitaron a ratificar el acuerdo de conformidad al que habían llegado previamente. La mujer, por lo tanto, aceptó una condena de dos años de prisión, que la obliga, además, a indemnizar con 13.000 euros a cada uno de los trabajadores

Fue uno de ellos quien acudió a comisaría a denunciar los hechos, ocurridos entre los años 2017 y 2018. Entonces, la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional abrió una investigación que acabó con la empresaria detenida e investigada por un delito contra la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, y un delito contra los derechos de los trabajadores. Finalmente, solo ha sido condenada por este último.

En su escrito de acusación, el fiscal pedía para la mujer tres años y medio por explotar laboralmente a las víctimas. «Contrató verbalmente a dos ciudadanos colombianos, carentes de permiso de residencia y de trabajo, a los que no daba de alta en la Seguridad Social, pagándoles un salario inferior al pactado, cantidad que en ocasiones no les abonaba en su integridad, realizando jornadas laborales de entre 10 y 11 horas diarias durante seis días a la semana y descansando un solo día, el cual lo determinaba la acusada», dice la Fiscalía.

Las condiciones de los profesionales, según el escrito, eran muy deficientes. Los trabajadores residían en unas dependencias situadas en la propia granja. La Fiscalía habla de unas «penosas condiciones de falta de higiene y salubridad». Uno de los trabajadores llegó a declarar que dormían «entre ratas muertas», y que «no podían usar el váter».

Tampoco se les ofreció un reconocimiento médico, ni siquiera cuando ambos sufrieron, por separado, dos accidentes laborales. Uno de ellos, de hecho, decidió ir por su cuenta a un médico, que le diagnosticó «una contusión torácica con fisura costal», prescribiéndole reposo de 48 a 72 horas, «que no respetó porque tenía que trabajar», según la Fiscalía.

El acuerdo de conformidad al que llegaron ambas partes hará que la mujer no entre en prisión, siempre y cuando no cometa algún delito en los próximos dos años.