Los pequeños comercios del rural, los beneficiados del cierre perimetral

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

SAMOS

La tienda de alimentación Geima, en O Páramo, prevé un gran aumento de su clientela en estas semanas
La tienda de alimentación Geima, en O Páramo, prevé un gran aumento de su clientela en estas semanas u.c.

La limitación de movilidad no permite acudir a las grandes superficies

28 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos de los municipios de Lugo no cuentan con supermercados de las grandes superficies, por lo que lo habitual es acudir a concellos más cercanos que tengan este tipo de comercios para hacer la compra. Con el cierre perimetral por municipios que entró ayer en vigor, numerosos lucenses se quedaron limitados a las pequeñas tiendas de alimentación con las que cuenta su municipio. A primera hora de la mañana, los ultramarinos, que ya suelen ser más recurso puntual que hábito, aglutinaron los primeros clientes que no podían salir de los límites municipales.

«Pero desta vez non hai o pánico nin as grandes compras porque xa sabemos ao que nos enfrontamos», relata Maricarmen, que regenta una de las tres únicas tiendas de alimentación que hay en O Páramo. En este municipio, hasta este miércoles, no se registró ningún caso de covid en los últimos 14 días. Aun así, también tendrá que acatar las nuevas medidas, que, contra todo pronóstico, aumentarán su clientela. «A xente vai facer a compra aos centros comerciais e ás franquicias de Lugo ou da Pobra de San Xiao, pero agora somos o único que teñen», explica Maricarmen. En estas tres semanas prevén aumentar la clientela, recibir más pedidos e incrementar el servicio a domicilio para llevarle la compra a personas mayores que viven solas. «Aproveitaremos estas semanas e esperemos que cos peches dos municipios non entre ningún positivo, tal e como estamos agora».

En A Pobra de San Xiao, a donde acuden los habitantes de todo el concello de Láncara y también de O Páramo, el martes ya hubo una gran afluencia — «para comprar reservas»— y ayer acudieron los clientes que normalmente irían a Sarria, pero que ya no pueden. «Notaremos un aumento sobre todo nuns días porque aínda viñeron a recargar moito para sair o menos posible», declaran desde el pequeño supermercado Coviran.

En Triacastela, uno de los dos supermercados del pueblo, A.C.E, también notan el aumento de los habitantes que suelen ir a Sarria, además de Pedrafita o Becerreá. «Aínda así hai poucos habitantes, pero poden pasar de 30 a uns 60; notar sí se nota», cuenta el gerente, Emilio, que ya percibió más movimiento en el primer día de restricciones. Desde Casa Campodeu, en O Páramo, explican que hay un solo hándicap para esta nueva situación: «A xente acaba de facer a mantanza e hai comida fresca na casa, polo que os meses de xaneiro e febreiro son de ventas frouxas entre a xente do rural».

Las nuevas medidas vuelven a traer la imagen de pueblos vacíos: «Está case todo pechado»

o hay supermercados de grandes superficies, ni apenas tiendas más allá de la alimentación, ni viajeros entre municipios y los bares no tienen servicio a domicilio ni para llevar. «Parece que volvemos ao principio da pandemia». A diferencia de los grandes núcleos de población, que tienen variedad de servicios, en los concellos pequeños la mayoría está relacionado con la hostelería. Tras su cierre y la falta de movimiento entre localidades limítrofes con los que se guarda mucha relación, las nuevas medidas se hacen notar más que en las ciudades. También porque la ausencia de positivos o grandes brotes durante los diez meses de pandemia hace que sea la primera vez que vuelven a tener medidas estrictas desde la primera desescalada.

«O ambiente volve ser como o do primeiro confinamento, está case todo pechado», dice Emilio, el gerente del supermercado A.C.E de Triacastela, un concello que ahora se ha quedado limitado a sus 600 habitantes. Otro ejemplo es Samos: Julia, del bar Albaroque, cuenta que ha decidido no dar servicio a domicilio porque «non se consume» y prefiere dedicar estas semanas a «reorganizar» el negocio para lo que venga. «Somos maioría os que o decidimos así, agora Samos seméllase a imaxe dos meses iniciais da pandemia, non hai practicamente nada funcionando», explica.