El pueblo de Samos teme por su gran tirón turístico ante la cerrazón de los monjes del monasterio

La Voz LUGO / LA VOZ

SAMOS

ALBERTO LÓPEZ

Creen que puede suponer un gran descenso en el número de peregrinos y visitantes

03 mar 2017 . Actualizado a las 10:33 h.

El cambio de actitud de los responsables del monasterio de Samos, que pasó en unos meses de ser un lugar abierto a estar casi cerrado a cal y canto, preocupa en gran medida en una localidad cuya economía se sustenta en gran parte en el Camiño Francés.

El monasterio benedictino es una de las grandes referencias de la ruta jacobea y el gran atractivo turístico de la localidad, por lo que si se ponen impedimentos a los turistas para visitarlo puede originar que muchos no acudan a la localidad.

Las visitas de excursiones al cenobio los fines de semana para participar en visitas guiadas son habituales. Ahora al no prestar atención los monjes al teléfono casi nunca ni estar abierta la portería con asiduidad es muy posible que muchas visitas se pierdan, con el consiguiente perjuicio económico para los negocios de todo tipo del pueblo.

La apertura del monasterio tanto al pueblo como a los peregrinos y visitantes fue iniciada esencialmente por el abad Mauro en la década de 1960 y continuada con sus predecesores, sobre todo por el último prior, José Luis Vélez, quien convirtió al cenobio en un lugar de referencia de grandes citas, sobre todo relacionadas con el ámbito de la cultura en sus numerosas expresiones.

En los últimos años el monasterio ha sido objeto de múltiples cambios como la apertura del museo en el lugar que antiguamente ocupaba la licorería y en el que se originó el incendio que devastó gran parte del monumento en 1951. También se restauró la antigua botica recuperando muchos elementos que antiguamente usaban las monjes cuando la de Samos era la única farmacia del ayuntamiento. Otro cambio importante se realizó en los últimos años con la rehabilitación de la fachada y el tejado para parar el deterioro de buena parte del edificio y las filtraciones que estaban dañando incluso algunas de las muchas obras de arte que contiene sobre todo la iglesia. También se ejecutó hace unos meses una completa rehabilitación del altar mayor.

El buen estado de todo el conjunto arquitectónico y las facilidades para visitarlo tanto en grupo como en solitario se traducían en miles de visitas anuales, con una notable afluencia de visitantes hasta en temporada baja. 

Quejas en redes sociales

Las valoraciones positivas que recibían tanto el monasterio como los monjes en redes sociales también han cambiado en los últimos meses para transformarse en críticas, centradas esencialmente en las dificultades para concertar visitas tanto por teléfono como vía telemática. También con cada vez más habituales las quejas de personas que visitaron la localidad y no pudieron acceder al interior del monasterio.

Las salas del monumento y su claustro son desde hace décadas una referencia cultural. Es habitual que en sus instalaciones se celebren exposiciones de artistas de renombre, en gran parte relacionadas con el Camino de Santiago. La conocida como sala del piano es el lugar elegido por numerosas asociaciones para celebrar congresos, algunos de ellos de relevancia internacional. La nueva etapa está poniendo en serio peligro la celebración de estas actividades culturales.